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La encrucijada francesa

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El votante es cada vez más escéptico del ‘statu quo’ y eso lleva a candidatos volátiles como Le Pen o Melanchón (comunista y que quedó tercero el domingo en Francia con el 22 %) sean vistos como opciones viables para la presidencia de Francia; o la de Colombia, como vemos con el caso de Petro

Los resultados de las elecciones francesas del domingo pasado han sido los que se esperaban: una vez más se volverán a enfrentar en segunda vuelta el actual presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la líder del partido ultranacionalista ‘Rasseblement National’, Marine Le Pen. Hace 5 años Macron se llevó la victoria en 2017 por un amplio margen al juntar el 66,10 % del voto total, contra los 33,90 % de Le Pen. En la segunda vuelta que tendrá lugar en dos semanas no se prevé un margen tan grande, es más, Macron no tiene asegurada la victoria a pesar de enfrentarse a un partido visto por muchos como un peligro para la seguridad de Francia y de Europa como el de Le Pen.

El poder desgasta la imagen de los gobernantes, sobre todo cuando se viven tiempos complicados y eso le ha pasado factura a Macron tras 5 años desde su llegada a la presidencia de Francia como una brisa de aire fresco necesaria. Macron ha vivido una legislatura ajetreada, salpicada por el brexit, la crisis del Covid-19 entre otros frentes internos que han dejado tocado al presidente de Francia; a pesar de a ser considerado el referente y cabeza visible de la Unión Europea después de la salida de Angela Merkel del poder en Alemania. El domingo fue apoyado por el 26 % de los franceses, el mismo número que se abstuvo de ir a las urnas a cumplir con su deber ciudadano. Casi todos los partidos, una vez conocidos los resultados, han salido a pedir a sus votantes que voten por Macron en la segunda vuelta ante la amenaza de Le Pen; pero aún así los primeros sondeos dan empate técnico entre los dos finalistas.

Marine Le Pen, hija del eterno candidato extremista a presidente Jean Marie Le Pen, es mucho más hábil que su padre. Jean Marie tiene poco filtro y dice lo que piensa sin importarle nada, y esas solían ser afirmaciones incendiarias que lo retrataban como el ultra que es. Marine es la cara amable del ultranacionalismo francés. Es una mujer sumamente preparada, inteligente y que entiende los nuevos tiempos, por lo que su mensaje lo transmite de una forma más suave y moderada para que este pueda calar entre el mayor número de franceses posibles, en lugar de crear rechazo. Para distanciarse más de su padre refundó el partido, pasando de llamarse Frente Nacional a denominarse Agrupación Nacional. Aun así, el mensaje es el mismo: antieuropeísmo y de línea dura contra la inmigración en general.

Francia, Europa y el mundo se encuentran ante una encrucijada. Estamos ante una subida de valoración de los movimientos nacionalistas y extremos a nivel mundial, de todos los signos ideológicos. En el mundo hoy hay muy poca tolerancia, empatía y hasta diálogo entre partidos, pasando estos a la ofensiva contra los otros partidos. El hecho de que Le Pen esté en empate técnico con Macron es un síntoma de hartazgo de los votantes del sistema actual: volemos el sistema a ver si así mejora la situación. El votante es cada vez más escéptico del ‘statu quo’ y eso lleva a candidatos volátiles como Le Pen o Melanchón (comunista y que quedó tercero el domingo en Francia con el 22 %) sean vistos como opciones viables para la presidencia de Francia; o la de Colombia, como vemos con el caso de Petro.