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Iñigo Balda | Silencio, injerencia y AMLO

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Seamos sinceros, López Obrador no intercede aquí por humanidad, por evitar una injusticia

El presidente de los Estados Unidos de México ha alzado la voz contra la República del Ecuador en estos días, después de los hechos ocurridos el viernes pasado, que terminaron con la detención del exvicepresidente de la República Jorge Glas dentro de la embajada mexicana en Quito. Si bien el hecho de romper artículo 22 de la Convención de Viena -que habla de la inviolabilidad de las sedes diplomáticas sin el consentimiento del jefe de misión- es una grave infracción dentro del derecho internacional, que mete a Ecuador en un ‘selecto’ grupo que ha violado sedes diplomáticas (Cuba, Irán…), aquí el gran fallo del Ecuador es mantenerse en silencio.

El derecho internacional es complejo, ya que son ‘leyes’ que no hay realmente forma de hacer respetar más que con el repudio internacional y el aislamiento. Ecuador se enfrenta a un posible aislamiento por este asunto, el repudio ya lo estamos viviendo; pero lo más grave aquí no es el hecho de entrar a la embajada de Quito a apresar Jorge Glas, condenando a prisión, previo juicio, sino la falta de comunicación oficial al respecto. El presidente Noboa tomó una arriesgada decisión que gran parte del país ha aplaudido, a pesar de las consecuencias internacionales, pero ya que la tomó debería salir a defenderla e ir al ataque llevando el control del debate desde el minuto uno. Ecuador no está perdiendo en el foro internacional este conflicto por la gravedad del asunto, sino por dejar que Andrés Manuel López Obrador, su cancillería y aliados ideológicos lleven la voz cantante en el foro internacional. Aquí la afirmación que está siendo empujada por México y que lleva el peso del debate es: Ecuador ha violado la sede diplomática mexicana para capturar a un asilado político. Ecuador debería darle la vuelta a la afirmación y decir que lo que ha hecho es entrar en la sede diplomática de un país que ha injerido gravemente en asuntos internos del Ecuador, violando la doctrina Estrada (establecida por México), dando refugio a un criminal juzgado sobre el cual pesan graves crímenes probados, por ende, no puede ser considerado para asilo político ya que no es un perseguido ni político, ni religioso, ni racial. La canciller salió a decir esto el otro día, pero una conferencia de prensa no es ir al ataque.

Seamos sinceros, López Obrador no intercede aquí por humanidad, por evitar una injusticia. AMLO intercede porque el cartel internacional socialista funciona así, defendiendo a los suyos, sin importar el crimen que hayan hecho, más si el delito es ‘solo’ corrupción. En junio hay elecciones en México y necesita que gane la candidata de su partido (Morena) para evitar investigaciones hacia su gobierno. En lugar de estar injiriendo en asuntos de otro estado, debería estar más preocupado en investigar y atrapar a quienes han asesinado a 24 candidatos a esas elecciones, o a los 42 periodistas asesinados durante su mandato por investigar al narco, y desde luego perseguir a los mismos carteles. Debería, pero AMLO es amigo de estas redes criminales, como ha mostrado la senadora mexicana Lily Téllez en varias ocasiones, por lo cual jamás se lo hará. No olvidemos el cariñoso saludo de AMLO a la madre del Chapo Guzmán, él es uno más.