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¿Hasta cuándo espera?

Avatar del Ignacio Granja

El Ecuador está inmerso en un incendio declarado. Con leyes paridas por el mamotreto no vamos a salir de esta crisis y usted, la verdad sea dicha, no parece tener la solución

Los niveles a los que ha llegado el hampa desbordan la imaginación de cualquier ser humano pensante y normal.

Rayando en el absurdo, la noticia de los pasados días, de pedir dinero al presidente Biden y que a renglón seguido venga el exvicepresidente de Colombia a decirnos que al narcotráfico se lo combate de la misma forma como actúan ellos, los delincuentes, es lo que se le dice a diario, presidente Lasso.

El Ecuador está inmerso en un incendio declarado. Con leyes paridas por el mamotreto no vamos a salir de esta crisis y usted, la verdad sea dicha, no parece tener la solución.

Puede haber miles de policías en carros de cualquier color dando vueltas por las ciudades, pero si no hay orden de disparar al delincuente, todo será en vano. Esa gente no merece el diálogo ni entiende razones. Su fin es la anarquía en el país, obedeciendo órdenes de los izmierdistas despojados de la fuente de sus macabros ingresos: la droga.

Hace pocos días en un barrio de Guayaquil un grupo de vándalos asaltaron a un ciudadano, lo vejaron y le robaron a vista y paciencia de los transeúntes, que no pueden ni tienen capacidad de reacción. Tonto sería pensar que la Policía puede hacer algo ya que no están en el sitio de los acontecimientos. Denunciar el caso, ¿para qué?

En la cárcel siguen las matanzas. Claro que es lógico que sigan, ya que nada ha variado. Todo lo contrario, se han fortificado y la lucha por el poder mafioso salió de las paredes de la cárcel, pues los reos mandan y de qué manera. Con seguridad a ellos no les falta la señal del servicio de telefonía.

Pueden incautar la cantidad de droga que sea. Seguirán en su afán de destrucción pues la meta la ven cerca.

Nosotros también la vemos y eso HORRORIZA.

Cuando reaccione de la manera que debe hacerlo, ni de broma acepte sugerencias de las comisiones que velan por el derecho de los delincuentes y hacen caso omiso a los derechos de las víctimas, a quienes se les promete una sarta de tonterías que nunca se cumplen.

Presidente, haga de cuenta que torpedean a su banco. Esa misma reacción merecemos los ilusos que creímos en usted y lo llevamos a la casa de gobierno.