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Despilfarros

Avatar del Ignacio Granja

Pensar que organismos internacionales crediticios podrían financiar la obra es mi esperanza, así como desearía que no se acordaran de los chinos y sus obras sobrevaloradas...

Malgastar, derrochar, en este caso, dineros del Estado o de los ciudadanos que en él habitan.

En un país que vive de crisis en crisis, esta acción es inadmisible.

Resulta que con el quinto puente o puente sur, para Guayaquil y para el Ecuador, aquello es lo que hace el ministro de Transporte y Obras Públicas del gobierno de turno, accionar que contrasta con los esfuerzos del presidente Lasso para conseguir fondos que permitan al menos cumplir con los ofrecimientos de campaña.

Para los desmemoriados, les recuerdo que hay un proyecto que se elaboró en casi dos años de trabajo y que resultó ganador en la convocatoria de aquella época. No fue adjudicado a dedo y el Estado pagó dicho trabajo. Se convirtió en dueño del estudio.

Con ocasión de las fiestas de la ciudad y en dos gobiernos de la ROBOLUCIÓN, se aprobó. No se pudo iniciar la obra por diferentes causas y la principal, falta de dinero. No se objetó el proyecto en sí.

Ahora se convoca a concurso para los planos de la obra, desconociendo de manera muy sospechosa lo que le pertenece al Estado. No existe alguna objeción técnica de peso al existente. Simplemente se lo ignora y por eso es que digo que se despilfarra el dinero que escasea.

El flujo de tráfico desde los inicios del primer trabajo ha aumentado de manera importante y se rumora que se reducirán los carriles de circulación, sin considerar el problema que los vehículos y su carga ya generan. No planifican y mucho menos miran al futuro. Saldrán los agoreros del mal gritando la inutilidad de la obra. Inventarán mil razones para demostrar por qué no debe ejecutársela. Esa es la manera de ser de la gente de esta región, para regocijo de los del altiplano.

¿Señor presidente Ud. conoce el proyecto al que me refiero? Quiero creer que no tiene idea de lo que le hablo. Eso sí, la alcaldesa sabe y a lo mejor no le importa el despilfarro. Sus motivos tendrá.

Pensar que organismos internacionales crediticios podrían financiar la obra es mi esperanza, así como desearía que no se acordaran de los chinos y sus obras sobrevaloradas con muy mala calidad, obras que en su tierra no las harían porque se juegan la vida.