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¿El sector público tiene funcionarios y proveedores honestos?

Avatar del Guillermo Arosemena

"Reprochable es que muy pocos pagan su condena"

La respuesta es sí, pero cada gobierno menos. En Ecuador la corrupción se ha convertido en forma de vida que año a año tiene más acogida. ¿Para qué matarse trabajando, con el esfuerzo, para vivir cómodamente, si en poco tiempo puede hacerse millonario de burócrata en el sector público? Si se estudiara la procedencia patrimonial de las personas que viven en urbanizaciones de moda, un elevado porcentaje sería de origen ilícito y asociado con burócratas y proveedores del Estado. Reprochable es que muy pocos pagan su condena.

La indiferencia de los ecuatorianos, en particular guayaquileños que estamos celebrando el Bicentenario, se origina en conocer poco nuestra historia. Una de las principales preocupaciones de J. J. Olmedo fue cómo moralizar al pueblo y se inspiró en Alexander Pope, el más famoso de los poetas británicos del siglo XVIII. Tradujo en forma no convencional el Ensayo sobre el hombre, de Pope, y en 1823, cuando vivía en Lima y era legislador de la asamblea constituyente, lo publicó con un prólogo de su autoría. Admite: “resolví dar rienda suelta a mi imaginación, apropiarme pensamientos del autor, y expresarlos del mejor modo que pudiese, añadiendo algunas ideas…” En su epílogo, Olmedo escribe que para preparar a un país de leyes, libertades e instituciones, se requería de una medicina: “… este remedio no puede ser otro que dar a los pueblos un buen sistema de moral […], el imperio de las buenas costumbres, que son el mejor, el único suplemento de las leyes, y frecuentemente más eficaz que las leyes mismas”.

Fue otro deseo más de Olmedo que no se materializó. Desde Juan José Flores no ha existido genuina intención del líder de los ecuatorianos, de sentar las bases morales. Él usurpó tierras y no fue ejemplo de un ser con altos valores éticos y morales, y lamentablemente entre los miembros de la iglesia hubo más de uno que lo apoyó en diferentes maneras. 

Mientras las máximas autoridades políticas no demuestren ser incorruptibles, Ecuador seguirá siendo un país corrupto y sin esperanza de cambio en su vergonzoso rumbo. No olvidar leer mi artículo histórico en página 16.