Prolongando la pobreza

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Sabremos las excusas, como de costumbre en el pasado. ¿Está Ecuador condenado al subdesarrollo? Parecería que sí.

Una nueva renegociación de la deuda externa ha terminado; una nueva duda al afirmarse que servirá para poner la casa en orden; una nueva manera de prolongar la agonía de la economía y mantener la pobreza. Desde que Vicente Rocafuerte envió a Ricardo Wright para negociar la primera deuda externa hasta la actualidad, fueron firmados numerosos acuerdos que no se cumplieron. La causa es la falta de seriedad de los gobiernos en el manejo de la economía. Para el mercado financiero internacional la palabra del Estado ecuatoriano tiene poco valor. A pesar de ello, los acreedores continúan dando oportunidades al país de probar que es serio y desea salir adelante. Hace 30 años visité Guildhall Library en Londres, allí se encuentran todos los documentos relacionados a la deuda de la independencia de cada nación latinoamericana. Para poder cobrar las acreencias, los tenedores de bonos se asociaron jurídicamente y llevaron un registro por país de todas las noticias que se publicaban en periódicos y demás medios de comunicación en origen. Al revisar la información ecuatoriana, interesó a los británicos conocer cómo se manejaba la economía del siglo XIX.

Si los gobernantes quieren dejar de equivocarse y aprender de los errores deben leer las memorias anuales del ministerio que manejaba la economía desde 1830. Durante décadas el cargo fue ministro de Hacienda, luego el nombre del cargo cambió a Finanzas, Economía y otros más creados por la revolución ciudadana. Qué importa el nombre del cargo, lo que debe contar son las acciones que toma en favor de la economía. Hemos tenido más de cien desde que nacimos como república; un promedio de uno por año ha sido muy frecuente. Su mediocridad es tan grande que seguramente la mayoría de los ecuatorianos recuerdan a muy pocos de ellos.

El actual gobierno continuará con el déficit presupuestario, seguirá la corrupción y el Estado se mantendrá obeso. El nuevo gobierno ofrecerá acabar con la pobreza y desempleo pero la realidad será otra. Sabremos las excusas, como de costumbre en el pasado.

¿Está Ecuador condenado al subdesarrollo? Parecería que sí.