Objetividad en la investigación histórica

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En los más de 30 años que he dedicado a investigar nuestro pasado, he procurado encontrar la verdad sin cegarme. 

Ser objetivo es muy difícil en una sociedad como la ecuatoriana, llena de pasiones y constructora de ídolos, unos merecidos, otros no. El exceso de emociones y no saber manejarlas es la causa principal de la calidad de los gobiernos. Pasado, presente y futuro de Ecuador son responsabilidad de los ecuatorianos. El fanatismo del fútbol se repite en otras actividades del ciudadano. En el área política son elegidas personas que no merecen el cargo, no todas; se seleccionan por simpatía, apariencia, ideología y otras razones. No se eligen adecuadamente, hay superficialidad, y es rápido el desencanto.

Por nuestra frágil memoria y falta de conocimiento de la historia, opinamos ligeramente. Muchos episodios no han sido investigados a profundidad. Están llenos de apreciaciones particulares y verdades a medias. Los héroes están próximos a la santidad. El juicio de la historia es parcial, cuando debería ser imparcial. 

La biografía de García Moreno debe ser la única escrita por historiadores, en la que unos han analizado las virtudes y otros sus defectos. En las del resto de los referentes históricos (Bolívar, Sucre, Rocafuerte, Olmedo, Alfaro, Flores, etc.), solo se escribe sobre virtudes, logros, hazañas y demás grandezas; la crítica es prohibida a pesar de las evidencias. Bajo esa tónica fueron incapaces de errar; es ofensa a la historia describir sus debilidades, actitudes contra la moral, errores cometidos, etc. 

Es tan grande el fanatismo que les atribuyen actuaciones en las que no tomaron parte. La única meta es elevarlos a las alturas; revisar la historia es “blasfemia”. Todo ser de carne y hueso, no es perfecto tiene virtudes y defectos; lo importante es que en la balanza, pesen más los primeros. Para los militares, Bolívar y Sucre fueron sus héroes y siempre lo serán.

Está muy mal escribir sin estar documentado. En los más de 30 años que he dedicado a investigar nuestro pasado, he procurado encontrar la verdad sin cegarme. 

En la vida de Olmedo he escrito sobre lo bueno y malo de él, lo mismo he hecho con otros personajes. No idealizo a ninguno, no soy fanático ni creo en semidioses.