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Muerte lenta, Cuadernos de Historia y Arqueología

Avatar del Guillermo Arosemena

La cultura tiene años de ser secuestrada por el centralismo quiteño, pero llama la atención que quienes han dirigido la CCDG no reclamen lo que les pertenece.

En la época de oro de la Casa de la Cultura de Guayaquil (CCDG) se publicaba Cuadernos de Historia y Arqueología, con el aporte de muy buenos historiadores guayaquileños. Institución fundada en 1945, su primer presidente fue Carlos Zevallos Menéndez, historiador y arqueólogo. El contenido de las publicaciones era el resultado de gran investigación.

Caso de un juicio que involucra a dos grandes personalidades: Vicente Rocafuerte, gobernador, y Pablo Merino, juez; escrito por Pedro José Huerta. Se publicó en tres ediciones, más de 100 páginas, el juicio era tan poco conocido por los historiadores, que lo desconocía Jaime Rodríguez, guayaquileño estadounidense, profesor universitario y autoridad en la vida de Rocafuerte. Muchos años atrás estuvo en nuestra ciudad de visita y le comenté el citado juicio. Al día siguiente debía dar una conferencia en el auditorio del Museo Municipal.

Hice sacar copias y las entregué a Rodríguez. Por razones desconocidas las citadas publicaciones se dejaron de editar, dándose preferencia a libros sobre poesías.

Hay centenares de artículos sobre la historia de Guayaquil en esas revistas y con el pasar de las años, el papel se comienza a amarillear y terminarán destruyéndose. Es muy importante digitalizarlas para preservarlas y difundirlas.

He buscado el sitio web de la CCDG en Google y no lo he encontrado. Sí está el de Quito, es majestuoso y completo. Para ingresar (https://casadelacultura.gob.ec/). La cultura tiene años de ser secuestrada por el centralismo quiteño, pero llama la atención que quienes han dirigido la CCDG no reclamen lo que les pertenece. La de la capital tiene una formidable biblioteca, tienen algunos años digitalizando todas las publicaciones que se exhibe.

La de Guayaquil es pequeña, seguramente lo único que vale son las revistas de Arqueología e Historia. Es urgente rescatarlas, la inversión para digitalizarlas no debería ser superior a 1.000 dólares.

Las universidades privadas o la gran empresa cuyos dueños se interesan por la historia de Guayaquil deberían poner el dinero para hacer realidad lo que se persigue.