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2023: Cambio de rumbo

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La infraestructura urbana inteligente está ligada a la instauración de “Ciudades Inteligentes”, donde el desarrollo urbano y la planificación territorial son ejes transversales que se potencializan económicamente

A puertas del 2023, el Ecuador necesita tomar la decisión de implementar una arquitectura económica moderna que le permita cumplir con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) y engranarse exitosamente en la dinámica global que evoluciona exponencialmente.

El Gobierno debe conectar el desarrollo urbano y los proyectos de infraestructura pública en un Plan Maestro de Infraestructura Multisectorial Inteligente (PMIMI), que abarque áreas estratégicas como son: Transporte, Energías limpias, Agua, Saneamiento Ambiental y Gestión de Riesgos, con instauración e integración de las tecnologías de Información y la comunicación (TIC`s), las Tecnologías del Aprendizaje y el conocimiento (TAC) y las Tecnologías para el Aprendizaje y el Empoderamiento (TAE).

El PMIMI integrará el servicio de agua potable en valoración a la Constitución, que la cataloga como un derecho humano; asimismo integrará el saneamiento ambiental, la vialidad, puertos y aeropuertos, movilidad urbana y logística; a la energía, confluyendo para aportar en áreas como la educación, puesto que mientras exista infraestructura con agua, energía, saneamiento, vías de acceso, movilidad segura, acceso a tecnología, al Internet, afluirá la educación con criterio innovador, llegará a más lugares y estudiantes, produciendo más y mejores profesionales. Lo mismo sucede con la salud, la agricultura, la industria, la comercialización de productos, entre otros.

La Infraestructura Inteligente Tecnológica reduce costos múltiples, establece eficiencia de personal, incrementa seguridad, previene delincuencia, mejora la institucionalidad pública de cada sector y mejora la calidad del gasto público y propone una nueva estructura empresarial. La infraestructura urbana inteligente está ligada a la instauración de “Ciudades Inteligentes”, donde el desarrollo urbano y la planificación territorial son ejes transversales que se potencializan económicamente y producen eficiencia social, con movilidad y trasporte ecológico, reciclaje de desechos y alumbrado público fotovoltaico. La gestión de riesgos en el PMIMI es esencial para lograr una práctica de preservación de la infraestructura canalizada y el cuidado de la vida de las personas.