Columnas

La danza de cifras

Desde el inicio de la emergencia hemos observado una danza de datos y voceros.

Hablar de estadísticas sanitarias es entrar en un campo minado, donde hay muchas dudas y escasas certezas por las diversas cifras que nos presenta cotidianamente la oficialidad. Desde el inicio de la emergencia hemos observado una danza de datos y voceros. Este hecho no es actual sino recurrente, histórico (recordemos lo sucedido con el 16 A). Tal situación es imputable a: 1.- Otra vez, se ha desinstitucionalizado al Estado, ya que existe un ente especializado y técnico como el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos-INEC, con experiencia y talento humano, que debió encargarse de esta tarea con el apoyo de otros organismos como la Secretaria de Gestión de Riesgos-SNGR, Ministerio de Salud Pública-MSP, GAD, Registro Civil y Academia por el coronavirus. 2.- Las instituciones protagónica en esta coyuntura de emergencia, a nuestro criterio, son MSP y SNGR; ambas tienen problemas legales, la primera por su obsoleta ley y la otra porque funciona por decretos ejecutivos, lo que es imputable a la administración anterior, al caudillo que por megalomanía, prejuicios religiosos y autoritarismo bloqueó el trámite de sus leyes en la Legislatura. Ninguna de estas instituciones estaba preparada para enfrentar la pandemia y su multidimensionalidad. 3.- El COE-Nacional parecería que fue constituido al apuro y guardando el equilibrio político del gabinete, por eso sus recurrentes yerros y su centralismo exacerbado; y sin tener el permanente asesoramiento y control de una mesa científico-técnica, conformada por virólogos, epidemiólogos, salubristas, estadísticos, informáticos, etc., para la toma de decisiones. El INEC debió participar desde el inicio por la importancia estratégica y operativa de una información confiable, representativa, objetiva, actualizada y oportuna. 4.- Ahora la emergencia requiere una integración real de las fuentes estadísticas para, desde una sola metodología, definir componentes necesarios, tabulación y presentación de la información para conocer las dinámicas del contagio, concentración territorial y áreas poblacionales a intervenirse con pruebas y terapéuticas, sin improvisación ni clientelismo.