Crecimiento y crisis del IESS

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Durante el correísmo se integró a los hijos de afiliados, jefas de hogar y amas de casa a las prestaciones, sin contraparte del Estado, lo que profundizó su crisis.

El Seguro Social ecuatoriano ha tenido una compleja evolución institucional en sus 92 años de existencia. No solo ha cambiado de denominaciones sino que paulatinamente incrementó sus prestaciones y beneficios, y amplió su cobertura diferenciadamente a otros afiliados, como campesinos, artesanos, amas de casa, etc. Desde el inicio ha primado el clientelismo del Ejecutivo sobre los intereses de los afiliados.

En 1937, con la promulgación de la Ley del Seguro Social Obligatorio se creó la Caja del Seguro de Empleados Privados y Obreros y también el Departamento Médico de la misma. Durante el arroyismo, en 1942, se expidió una ley que estableció nuevas condiciones de aseguramiento, el financiamiento de las pensiones con el aporte del 40 % del Estado e incorporó los seguros de enfermedad y maternidad para los afiliados.

Con la creación del IESS en julio de 1970, con el ‘boom’ petrolero, comienzan a funcionar los complejos hospitalarios Carlos Andrade Marín en Quito y Teodoro Maldonado Carbo en Guayaquil, y en 1990, el José Carrasco Arteaga en Cuenca. Paulatinamente se dotó de hospitales generales a la mayoría de las cabeceras provinciales. En noviembre de 1981 se promulgó la Ley de Extensión del Seguro Social Campesino. En 1986 se estableció el Seguro Social Obligatorio para los Trabajadores Agrícolas y el Fondo de Seguridad Social Marginal en beneficio de los que no percibían el salario mínimo vital. El Congreso Nacional, en 1987, integró el Consejo Superior en forma tripartita y paritaria, con representación del Ejecutivo, empleadores y asegurados. En 1991, el BID recomendó en una asesoría que se separen los seguros de pensiones y los de salud y que se manejen de manera privada. Los resultados de la Consulta Popular de 1994, convocada por el gobierno Durán Ballén, negaron cualquier posibilidad de privatización. El 30 de noviembre del 2001 se publicó la Ley de la Seguridad Social aún vigente. Durante el correísmo se integró a los hijos de afiliados, jefas de hogar y amas de casa a las prestaciones, sin contraparte del Estado, lo que profundizó su crisis.