Gaitán Villavicencio | Hegemonismo vs. oposición

Los resultados electorales de 2025 marcaron un giro político sin cambios estructurales reales en el Ecuador
Los resultados electorales 2025 cambiaron formalmente la lucha política nacional de manera significativa, que es necesario analizar más allá de sus manifestaciones epidérmicas, y que articulados a una serie de transformaciones que se dieron en los escenarios mundo y ecuatoriano están provocando un conjunto de mutaciones de larga duración, pero que no conllevan cambios estructurales por la cosmovisión y limitaciones ideológicas, políticas y programáticas del régimen.
Estas expresiones de este proceso gubernamental son: un marcado bipartidismo en la AN; frágil mayoría absoluta del partido gubernamental (pensemos cómo votarán estos aliados coyunturales para decidir sobre ‘temas tabú’, como minería, energía, etc.); acelerada aprobación de leyes troles que presentan graves problemas de unidad de materia y errores de fondo y forma de sus contenidos (algunas debieron corregirse posteriormente), y hasta ahora las cinco leyes aprobadas han provocado un alto número de demandas por inconstitucionalidad (el oficialismo ha hecho 275 modificaciones en 31 leyes); la mediocridad e inexperiencia de la mayoría de asambleístas y control férreo desde el Ejecutivo; la ausencia de conducción y conflictos internos en la RC; la judicialización de la política a través de Fiscalía y el TCE; funcionamiento electorero del Ejecutivo para comicios seccionales y 2029, entre otras.
En estos dos meses de gobierno, el Ejecutivo, tras haber captado totalmente la AN con el enredado Olsen en la presidencia, se ha dedicado a la tarea de ‘controlar’ el quinto poder para orientar la cooptación del sistema de control social; meter la mano en la administración de justicia a través del CJ por medio de Mario Godoy y el apoyo del ‘recuperado’ presidente (E) de la CNJ, más concentración de poder para ADN.
Dijo Noboa, “¡Nada ni nadie nos detiene!”. Parece que el Nuevo Ecuador sigue a pies juntillas las prácticas marrulleras del viejo Ecuador. Como colectividad política olvidaron lo prometido en el discurso de posesión y en las primeras presentaciones de la vicepresidenta. El hegemonismo vislumbra autoritarismo, ya expuesto en las leyes aprobadas, y en la inexistencia de una verdadera oposición democrática.