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Gaitán Villavicencio: De las guerras sin fin a la II Nabka

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La venganza y expulsión masiva no generan una paz sólida

Nabka es un término árabe para designar el “éxodo palestino”, que fue la destrucción de la sociedad y la nación palestina entre 1947, por el asentamiento del Eretz Israel, y 1948, con la fundación del Estado y el ejército, y con ello, el desplazamiento violento a través de la expulsión y huida de la mayoría de palestinos (se calcula más de 700 mil). 

El asedio actual a Gaza, para vengar y acabar a Hamás por los execrables crímenes cometidos, está apuntando a una II Nabka. Dice Yuval Noah Harari que “Netanyahu construyó una coalición de fanáticos mesiánicos y sinvergüenzas oportunistas” que impulsan un proyecto político iliberal, autoritario, discriminador, impulsador de un régimen de ‘apartheid’ y de limpieza étnica. 

A lo que se agrega un uso permanente de un discurso nacionalista-religioso, como el eslogan actual de la ultraderecha en la guerra de Gaza de “¡Juntos venceremos, con la ayuda de Dios !”, lo que le confiere connotación religiosa al conflicto con Hamás El rabino Oury Cherki, autor de libros sobre la universalidad del judaísmo, dice que “los palestinos de Gaza, al ponerse de parte del mal y trabajar por la destrucción del pueblo de Israel a semejanza de los nazis, han perdido el derecho a figurar en “la comunidad de las naciones”. 

A sus ojos, las acciones realizadas por el Ejército israelí en Gaza son “perfectamente éticas”, mientras que no lo es la exigencia de evitar a toda costa causar daño a los civiles”, citado por Le Monde Diplomatique. Pero en paralelo a la sangrienta ofensiva israelí se desarrollaba la diplomacia energética entre empresas transnacionales de EE. UU. y Europa con el gobierno israelí para asegurarse el control del gas de Gaza

El 12 de octubre 2023 el ministro de energía Israel Kartz cerró la concesión de 12 licencias para explorar gas fósil. Mientras, la BBC destaca el gran crecimiento de los negocios inmobiliarios en Cisjordania y Gaza con la promoción de terrenos y viviendas y de gente preocupada de reservar terrenos cerca de las playas de Gaza para vacacionar después de la guerra.

Israel, cada vez se aísla internacionalmente, pero la resistencia de Palestina es inagotable; a Hamás la sostiene la ocupación. La venganza y expulsión masiva no generan una paz sólida.