Gaitán Villavicencio: 100 días de insensatez y autoritarismo

Desde el 19 de enero 2021, cuando cual fugitivo dejó la Casa Blanca por su residencia en Palm Beach, Trump comenzó a preparar su nuevo mandato con fieles asesores como Steve Bannon (ideólogo de la ultraderecha) y Stephen Miller (‘general’ de la guerra contra inmigrantes irregulares), entre otros. 

Tuvo apoyo permanente de la ultraconservadora Heritage Foundation, -HF-, ‘think tank’ que lo venía asesorando desde 2016 y que hoy le preparó el Proyecto de Transición Presidencial 2025 o Proyecto 2025, agenda de gobierno donde están señaladas todas las acciones que impulsa. A ello se agregan los resentimientos, odios, venganzas y represalias acumulados por este impredecible personaje. 

Desde 20 de enero, cuando se posesionó, ha firmado más de 140 decretos ejecutivos, muchos de dudosa constitucionalidad. Él ganó la elección con una diferencia de menos de 1,5% en el voto popular, pero con amplia ventaja en el Colegio Electoral. 

Su partido alcanzó mayoría en las dos Cámaras Legislativas y la tiene en el Tribunal Supremo. Parecería que no funcionan los frenos y contrapesos institucionales; a ello se agrega la gran crisis del partido Demócrata.

 De esta agenda merita destacarse, en primer lugar, la ‘deriva autoritaria’ que el Proyecto 2025 de la HF denomina Teoría del ejecutivo unitario, que dota de plena autoridad al presidente por encima de las restricciones impuestas por el Congreso, Suprema Corte o jueces federales. 

Ello aumenta su ambición por asumir plenos poderes y declararse ‘dictador el primer día’, pero parecería es para todo el periodo e incluso reelegirse, violando la Enmienda 22 (que prohíbe un tercer mandato). Algunos constitucionalistas plantean que EE. UU. está abocado a una profunda crisis constitucional. 

En segundo lugar, las deportaciones masivas y revocatorias de visas son ilegales y violan derechos humanos, por más que se las justifique como tema de seguridad nacional. Trump muestra su talante autoritario, cuando dice que “los migrantes indocumentados no requieren audiencia antes de ser deportados”; y según su delirio mesiánico señala: “Fui elegido para sacarlos de aquí y los tribunales me lo impiden”. Viola el Estado de derecho. Continuaremos.