Premium

Francisco Rosales Ramos | La ruta de la muerte

Avatar del Francisco Rosales Ramos

Existe un límite de velocidad de 90 kilómetros por hora, que muy pocos respetan. Se retiraron los radares y el desorden reina

Así se ha llamado a la Ruta Viva de aproximadamente 12,6 kilómetros que conecta Quito con el aeropuerto de Tababela. Injustamente, porque los accidentes no se deben a su trazado, que es la única en Ecuador diseñada técnicamente como ruta de alta velocidad. Tanto las entradas como las salidas tienen tramos para disminuir o aumentar la velocidad para no estorbar el tráfico fluido. Su diseño impide que viviendas o negocios accedan directamente a la autovía. Por la incapacidad de las autoridades que tienen jurisdicción sobre ella quedó sin completarse su diseño original; y, además, se la ha dejado que se deteriore.

Los alcaldes de Quito no han cumplido con la oferta de concesionarla a un operador privado que la mantenga y la concluya hasta el redondel de ingreso al aeropuerto, que mueve más de cinco millones de pasajeros al año.

El actual alcalde se comprometió a su concesión y extensión hasta Tababuela, pero no ha dado un solo paso para lograrlo. Han predominado los intereses electorales de su grupo político y las órdenes desde Bruselas sobre la conveniencia para la ciudad. Y el estado de la vía es lamentable y hasta vergonzoso. Parches mal hechos y baches que, por tratar de evitarlos, producen constantes accidentes.

Existe un límite de velocidad de 90 kilómetros por hora, que muy pocos respetan. Se retiraron los radares y el desorden reina en la vía. Los vehículos pesados circulan por cualquier carril a la velocidad que les viene en gana, sin que haya ningún control. Los vehículos livianos circulan a más de 120 km/hora, rebasan por cualquier costado y buses y camiones son dueños de la vía. En este estado de anarquía son obvios los constantes accidentes en los que en su casi totalidad está involucrado un bus o camión. Tuvieron la torpeza de colocar vallas para dizque obligar a disminuir la velocidad, cuando su efecto ha sido reducir súbitamente la vía a dos carriles y así aumentar los accidentes.

Lamentablemente todo parece indicar que habrá que esperar la nueva administración para que se resuelvan sus problemas.