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¿Votar sin elegir?

Avatar del Francisco Huerta

"Sin respeto al voto, la democracia deja de existir"

La corrupción política que aletea sobre el planeta y ha hecho frecuentes aterrizajes en el Ecuador, se evidencia en todas las Funciones del Estado.

Así, la denominada Función Electoral no ha estado exenta, ni entre nosotros ni en el mundo, de sospechas y acusaciones formales que podrían incorporarse bajo la denominación de fraude electoral. Varias elecciones presidenciales han sido manchadas con el apelativo de fraudulentas.

No es objetivo del presente cañonazo recordarlas, sabiendo que están en la memoria no solo de las anteriores generaciones sino también en la de quienes tenían dieciséis o más años, hace apenas cuatro.

En cualquier caso, tan importante como recordar es alentar la posibilidad de que los próximos sufragios se den con la mayor transparencia y, mejor todavía, que se los aproveche no únicamente para incentivar la participación ciudadana más allá del voto, sino también una cultura de la legalidad.

Valga acotar, de paso, lo ingrato que resulta tener que preocuparse y ocuparse de garantizar, en lo posible, que no se tuerza la expresión de los electores, de modo que sufraguen sin elegir, como parece que tantas ocasiones ha ocurrido.

Para ello, y recordando que la Constitución establece en su artículo 95: “la participación protagónica, en forma individual y colectiva, de las ciudadanas y ciudadanos... en el control popular de las instituciones del Estado y de la sociedad...”, y en su artículo 223 que: “los órganos electorales (esto es el Consejo Nacional Electoral y el Tribunal Contencioso Electoral) estarán sujetos al control social... y entre sus deberes y responsabilidades ciudadanas está la de “participar en la vida política, cívica y comunitaria del país, de manera honesta y transparente”, se ha constituido, en ámbito nacional, un Observatorio Ciudadano de Control Electoral, cuya conformación se hará conocer el martes 8 del presente mes.

Integrado por compatriotas de distinta formación profesional y diversas generaciones, aspira a ser un gran movimiento que promueva y vigile el respeto a la voluntad popular, factor clave en una democracia.