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No provoquen la ira popular

Avatar del Francisco Huerta

"Conviene no llegar al tiempo de la ira. Tendría imprevisibles consecuencias negativas"

Sin más preámbulo: el pueblo está cansado de tanta corrupción y tanta impunidad. No ha reaccionado como se esperaría en razón de la pandemia pero, tal cual el pueblo chileno o el peruano, cualquier rato y sin convocatoria de nadie, por cuenta propia, va a salir a las calles a mostrar su descontento y hasta su indignación. Nadie sabe entonces hasta dónde pueda llegar esa manifestación; hasta dónde se pueda contener y a qué costo.

Por eso, reclamo, por lo menos durante el tiempo que falta hasta los escrutinios, no seguir provocando la ira del pueblo.

Ahora hay demasiados malabares en la administración de justicia. La madre de la corrupción es la impunidad y algo debe andar mal respecto de las sanciones para que la corrupción continúe rampante. Las sanciones son, pareciera, elaboradas con dedicatoria para atenuar el castigo y que luego, los asaltantes de los fondos públicos disfruten tranquilamente de lo robado.

Algo debe estar mal en la política antidelincuencial y por eso el delito crece. Ya nada es seguro: asaltan casas y restaurantes; por supuesto en plena calle y en los semáforos. ¿No será que también ha crecido el hambre?

Crecen igualmente las candidaturas presidenciales. Ya parece un juego eso de ser candidato y un negocio eso de constituir partidos políticos. Por ello, el CNE está, pese al esfuerzo de alguno de sus vocales, absolutamente desacreditado. Casi nadie confía en la seriedad de sus procedimientos y se exige una auditoría técnica y además, viejo anhelo, una revisión del padrón electoral, siempre inflado a conveniencia para hacer votar a los muertos y los ausentes.

Crece también la angustia del desempleo. La pandemia amenaza con un rebrote y surge otra vez el miedo y con él las medidas sin sustento técnico.

Hay que seguir educando en el uso de mascarillas pero, la gente saldrá a la calle, con ellas o sin ellas, a buscar el pan de cada día. También se combate a la pandemia, y a la ira, con programas de ayuda social, con canastas alimentarias para los más necesitados.

En el esfuerzo debemos estar todos, principalmente las autoridades gobernando con ética.