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Jubilados y corrupción

Avatar del Francisco Huerta

"Pobre IESS: jubilados pobres. Una coalición de jubilados puede incidir notablemente en el resultado de las próximas elecciones"

“Tengo en la cabeza” varios temas vinculados a las próximas elecciones pero, por ahora, los desecho. El panorama continúa aclarándose y mejor es esperar a que se despeje del todo, antes de continuar haciendo predicciones nerviosas.

Prefiero entonces enfrentar “realidades”.

Partiendo de que el comportamiento en lo social de un determinado país puede medirse en relación a cómo trata a sus niños y a sus ancianos, aceptemos que en relación a los niños la situación de los infantes ha cambiado en forma notoria. Las tasas de mortalidad que hasta hace unos años eran inaceptables han mejorado notablemente. Por supuesto, aún hay mucho que hacer; sin embargo, los avances son innegables.

En cuanto a los ancianos, en cambio, el mal trato a determinados sectores de los jubilados, sigue ofendiendo a la conciencia social de la nación.

Transcribo párrafos de una de las cartas que sobre el tema me han llegado recientemente, escrita por un profesor universitario con más de 43 años de servicio, obligado a renunciar por límite de edad (70 años): “A cientos de jubilados y de servidores activos no se nos ha liquidado en forma completa en el periodo 2000-2009”.

“Hemos realizado mil gestiones ante el IESS para que cumpla con estas reliquidaciones”.

“Recién el 13 de enero del 2020 la Universidad de Guayaquil pagó esta deuda con el IESS”.

“Llevamos siete meses de gestiones y el IESS no ha devuelto estos valores ganados por nosotros”.

“Si los jubilados y servidores activos no reciben en vida estas reliquidaciones, el IESS se quedará con nuestro dinero”.

Se adjunta documentación de sustento.

Cuando se rumora que el IESS está por acceder a un crédito de altas cifras, bien vale que este se destine a robustecer las prestaciones vinculadas a la atención de la enfermedad de sus afiliados y a satisfacer los requerimientos a de sus jubilados. Resulta intolerable que una institución financiada con los descuentos a sus afiliados y las aportaciones patronales, se utilice como caja chica de cada gobierno y además se la destine a solapar negociados y corrupción, entregándola a la voracidad de aprovechados legisladores