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Días oscuros: mentes claras

Avatar del Francisco Huerta

'El esfuerzo a cumplir es de tal magnitud que debe ser compromiso de todos los ciudadanos leales con los mejores fines del Estado’.

Reciban nuestra solidaridad los familiares de las víctimas de los recientes trágicos acontecimientos ocurridos en la Penitenciaría del Litoral.

Compartimos su angustia al no saber, mientras esperaban afuera del recinto penitenciario, qué ocurrió con sus seres queridos y luego enterarse de su muerte mirando un video que alguien grabó desde el interior.

Son, sin duda, días dolorosos para el Ecuador. Duele tanta sangre derramada. Duele la sevicia puesta de manifiesto. Indigna en cambio que se busque, con clara intencionalidad política, generar un ambiente que propicie el caos.

¡Cuán miserables pueden llegar a manifestarse los seres humanos cuando las ambiciones de poder les permiten utilizar la muerte como instrumento de acción política!

Pero también, cuán evidente es la alianza entre las más oscuras organizaciones delincuenciales propiamente tales y otras, iguales o peores en sus fines y en sus medios, disfrazadas de organizaciones políticas.

El Gobierno nacional tiene la obligación de utilizar todos los medios a su alcance para cumplir con su obligación de garantizar la seguridad de los que están privados de su libertad en las cárceles y de quienes la hemos perdido en los domicilios o en las calles de los pueblos y ciudades.

Ello, por supuesto, no significa que solo el Gobierno es responsable de enfrentar la situación que estamos viviendo. Siendo esta el resumen de un acumulado de entrega, por acción o por omisión, a las exigencias de las organizaciones criminales con las que pactó el gobierno de la década infame, nos toca a todos el deber de liberar al Ecuador del predominio de las mafias político-delincuenciales.

Convoque el Gobierno nacional para ese gran esfuerzo a quienes considere buenos ecuatorianos, integre con ellos una gran minga por la recuperación de las libertades y ponga como meta, en un plan a seis meses, que el 24 de mayo del 2022 volveremos a disfrutar las libertades que obtuvimos hace doscientos años. Todos los ecuatorianos patriotas, con seguridad una amplia mayoría, nos sumaremos a su convocatoria, robusteciendo además una endeble democracia.