Columnas

Conviene tener presente

En el manejo de la Economía, más aún luego de las realidades develadas por la pandemia, la crisis no puede ser resuelta con las medidas tradicionales...

1.- La nefasta carga del correísmo. Cuando van a cumplirse 200 años de vida independiente (así nos sentimos al pasar, aparentemente, de súbditos a ciudadanos) y 191 como república del Ecuador, es posible señalar que a lo largo de todo ese periodo nunca se dio un gobierno tan nefasto como el de la década infame. A riesgo de ser reiterativos, conviene tenerlo presente para impedir que el pueblo lo olvide, poniéndonos en riesgo de volver a caer en esos días tenebrosos.

Bien sé que al común no le significan mucho las libertades, menos todavía cuando, mientras duró, la bonanza petrolera permitió, al tiempo que una mafia corrupta asaltaba los fondos públicos, un cierto goteo hacia los sectores de menores ingresos pero, para mí es vital, y creo que comparto el sentimiento con una buena cantidad de ecuatorianos, el poder tener uso y goce pleno de las libertades. Sin libertades, la de expresión sobre todo, manejadas con el debido respeto a las libertades de los otros, no tiene sentido la vida.

Igual ocurre cuando la administración de justicia está al servicio del régimen de turno o el de los transitoriamente poderosos y así ocurrió, y lamentablemente sigue sucediendo. Piensen si lo dudan, estimados lectores, en algunos procesos contra mafiosos de Guayaquil que siguen paseándose libremente, o el de autoridades, o exautoridades con grillete, que siguen burlándose de sus electores. Piensen en la magnitud de la corrupción que permanece impune. El Ecuador requiere un baño lustral.

2.- No votamos por el plan.

Por lo ahora recordado, conviene tener presente que el pueblo no votó por el programa que CREO inscribió en el CNE. Votó contra la posibilidad de la continuidad del correísmo. De allí, surge evidente la necesidad de pensar en un plan de gobierno más cercano al centro político, tal cual en varios ámbitos trascendentes se ha ubicado el presidente Lasso.

En el manejo de la Economía, más aún luego de las realidades develadas por la pandemia, la crisis no puede ser resuelta con las medidas tradicionales que le pasan la factura de una farra en la que no participaron, a los más pobres.