La última rueda del coche

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La responsabilidad sobre las consecuencias que esto tenga llega más arriba, directamente al presidente de la República, el que nos ha colocado como la última rueda del coche de la región.

La semana anterior cerró con muy buenas noticias respecto a los planes de vacunación: la llegada de millones de dosis, la renuncia de las autoridades de salud que administraron dosis a familiares y amigos, un plan de vacunación estructurado, claro y transparente que ha permitido aplicar miles de vacunas en pocos días, además de planes de contención, y prevención. Lamentablemente, ninguna de esas noticias corresponde a nuestro país.

En Chile en una semana han sido vacunadas un millón cuatrocientas mil personas, Brasil lleva más de cuatro millones de dosis aplicadas, Argentina más de medio millón. Bolivia recibirá más de quince millones de dosis, Venezuela cien mil, Perú setecientas mil y anuncia que ya tiene el contrato para cuarenta millones de vacunas.

Cuando el avión arribó con las primeras ocho mil (sí, solo ocho mil) vacunas para el país, fue recibido con un arco de agua, tal como se recibe a los héroes. Con bombos y platillos la vicepresidenta declaraba: “Hoy es un día de esperanza para Ecuador, este año 2021 empieza con otra cara la historia, la incertidumbre empieza a aclararse”. Lo que se vio fue una pequeña caja arrimada en el fondo de un contenedor. Y de ahí, hasta ahora, ni una más. La incertidumbre sigue creciendo y continúa oscureciéndose.

Y no solo son las vacunas contra el COVID-19, también hay miles de niños que están desprotegidos por falta de la vacuna pentavalente. Ante esto ni el ministro de Salud ni el presidente de la República se han pronunciado. El supuesto plan de vacunación y la lista de los vacunados se guarda como secreto de Estado. Las denuncias sobre el mal manejo de las pocas dosis que llegaron han quedado opacadas por el proceso electoral.

Ya no se trata solo de pedir la renuncia o la destitución del ministro Zevallos por su irresponsabilidad y su incapacidad en el manejo de la crisis sanitaria y del sistema de salud. La responsabilidad sobre las consecuencias que esto tenga llega más arriba, directamente al presidente de la República, el que nos ha colocado como la última rueda del coche de la región.