Premium

Florencio Compte Guerrero | ¿Qué hacer con el centro de Guayaquil?

Avatar del Florencio Compte

No se puede pensar en una recuperación del área central mientras no se hable de un centro vivo

Para nadie de Guayaquil es desconocido el estado precario del centro de la ciudad. Basta recorrerlo durante el día para adentrarnos en un lugar caótico por el tráfico y cada vez más inseguro, aunque, eso sí, lleno de vida por sus actividades comerciales y administrativas, a pesar del cierre constante de negocios por las circunstancias que todos conocemos: crisis económica y extorsiones.

Desde el atardecer y hasta la noche la situación es diferente: un lugar abandonado, donde cada vez menos guayaquileños quieren residir, peligroso y con un aumento constante de personas en situación de calle durmiendo en los soportales y donde, también, se ha incrementado la prostitución en sectores como la avenida Nueve de Octubre y sus alrededores.

Recientemente se ha anunciado un plan de “Rehabilitación Integral” orientado a un sector del centro que abarcaría 92 manzanas (60 hectáreas) y del que el alcalde Aquiles Álvarez ha indicado que incluirá el mejoramiento de la iluminación del bulevar Nueve de Octubre, con luces led desde el puente 5 de Junio hasta el Malecón.

Si bien el que se implemente este plan -del que aún no se conoce su totalidad- no deja de ser una buena noticia para la ciudad, sigue siendo, lamentablemente, insuficiente. La iluminación, evidentemente, podrá ayudar a mejorar la seguridad, pero deberá estar acompañado por un plan de control articulado por la Municipalidad y el Estado a través de la Policía, lo que significa que si no hay una visión que sea integral cualquier intervención quedará solo en la superficie.

Sin embargo, no se puede pensar en una recuperación del área central mientras no se hable de un centro vivo, es decir, habitado y que reconozca su valor histórico y simbólico. Estas acciones, sean municipales o de iniciativa privada, deberían ir acompañadas por propuestas que se orienten a convertir al centro en un lugar atractivo donde se regrese a vivir y que pase, por ejemplo, por el desarrollo de programas habitacionales municipales y estatales para sectores medios, con incentivos fiscales y municipales.