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Florencio Compte Guerrero | La Declaración de Quito 2016

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Si revisamos cada uno de esos grandes objetivos veremos, que, en el mundo, poco se ha avanzado

El 20 de octubre del año 2016 concluyó la Tercera Conferencia de la ONU sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible. La anterior, realizada veinte años antes en Estambul, Turquía, había terminado con un conjunto de buenas intenciones de las que poco se había podido concretar. En la última se suscribió la Declaración de Quito sobre ciudades y asentamientos humanos sostenibles para todos, con 175 puntos sobre políticas urbanas, que se sintetizaron en ocho grandes acuerdos: proporcionar servicios básicos para todos los ciudadanos, que incluye el acceso a la vivienda, agua potable y saneamiento, alimentos nutritivos, salud y planificación familiar, educación y cultura y acceso a tecnologías de comunicación; garantizar igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos y que haya ciudades libres de discriminación; promover medidas en apoyo de ciudades más limpias y sin contaminación, mediante el uso de energías renovables y un transporte público ecológico; fortalecer la resiliencia de las ciudades con el fin de minimizar el impacto de los desastres; tomar medidas para enfrentar el cambio climático; respetar los derechos de los refugiados, los migrantes y los desplazados internos; mejorar la conectividad, con iniciativas innovadoras y ecológicas, mediante acuerdos con la empresa y la sociedad civil; y promover espacios públicos seguros, accesibles y ecológicos.

Si revisamos cada uno de esos grandes objetivos veremos, que, en el mundo, poco se ha avanzado. Más bien ha habido retrocesos respecto, por ejemplo, al cambio climático, el uso de energías renovables, la integración y respeto de derechos de los migrantes y refugiados, entre otros.

Una de las críticas respecto a la consecución de estos grandes objetivos radicaba en el no haber definido estrategias y acciones específicas de cómo poder concretarlas. Esto, en nuestro país, debería surgir desde el ministerio respectivo y los organismos seccionales. La desaparición del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda da una idea de la poca importancia que se le ha dado a su concreción.