Premium

Florencio Compte Guerrero | ¿Hace falta un nuevo aeropuerto?

Avatar del Florencio Compte

Ambas soluciones tienen ventajas respecto a capacidad y operatividad, y desventajas de conexión rápida y segura con la ciudad

Nuevamente se habla sobre un nuevo aeropuerto para Guayaquil. Esta vez la discusión se ha centrado alrededor de su ubicación, por lo que habría que entender que tanto para el gobierno central como para el local es necesario que la ciudad cuente con nuevas instalaciones, distantes de áreas residenciales, que permitan la llegada de aviones más grandes con conexiones intercontinentales.

Más allá de que se pueda alcanzar el volumen de pasajeros necesarios que justifiquen un nuevo aeropuerto, el problema radica en que el actual incumple muchas normativas técnicas internacionales, entre otras, la longitud de la pista -muy corta para las nuevas aeronaves que no podrían aterrizar en el actual aeropuerto-, el espacio entre la cabecera oeste con lugares habitados o vías vehiculares -lo que los convierte en zonas de alto riesgo-, la distancia entre la pista de despegue y la de rodadura -muy cercanas, lo que impide que simultáneamente grandes aviones puedan circular en ambas pistas-, la cercanía a zonas pobladas, entre otras, que podrían determinar que en cualquier momento se pueda originar una disposición internacional que condicione el uso del actual aeropuerto y que se dé un plazo perentorio para la construcción de uno nuevo.

El debate actual entre el Ministerio de Transporte y Obras Públicas y la Municipalidad de Guayaquil se ha centrado en su ubicación, en Daular, donde la Municipalidad ha invertido en obras de infraestructura en sectores aledaños y que cuenta con estudios preliminares, o en Taura, potenciando el actual aeropuerto militar que cuenta con la pista más larga del país. Ambas soluciones tienen ventajas respecto a la capacidad y operatividad, pero ciertas desventajas de conexión rápida y segura con la ciudad -principalmente Taura-, lo que implicaría desarrollar nuevas vías y sistemas de transporte masivo que permitan el flujo rápido y seguro de los pasajeros.

Por el bien de la ciudad, y del desarrollo del país, el nuevo aeropuerto es indispensable, hace falta, por tanto, que haya un consenso sobre dónde ubicarlo y, sobre todo, cuándo hacerlo.