Estética pública en Guayaquil

"Para la celebración del primer centenario de independencia ya se había inaugurado la Columna de los Próceres..."
A finales del siglo XIX se emprendieron proyectos de índole estética, orientados a evidenciar la imagen de una ciudad que rendía tributo a los héroes de su independencia. De esta manera, en 1879, se suscribió el contrato de confección del monumento a Simón Bolívar con el escultor italiano Geovanni Anderlini, quien había recibido la instrucción de elaborar una estatua ecuestre en bronce, en la que el caballo debería tener la actitud del “… de Marco Aurelio (…) de la plaza del Capitolio de Roma”. Sin embargo, tuvieron que pasar diez años para que se culminara el monumento que fue colocado en el centro de la antigua Plaza Mayor, que a partir de ese momento se denominó Plaza Simón Bolívar. La democrática plaza colonial se convirtió en un espacio restringido al que tenían acceso a determinadas horas del día de manera exclusiva las personas que estuvieran “decentemente vestidas y calzadas”, tal como lo establecía el Reglamento del Parque Seminario (nuevo nombre asignado en homenaje a su benefactor) expedido en el año 1895.
En esa misma línea se agregaron otros monumentos en lugares públicos como plazas y parques, como el dedicado a Vicente Rocafuerte en 1880 en la plaza de San Francisco y en 1892 a José Joaquín de Olmedo en el extremo sur del malecón.
En el año 1912 se conformó la Junta de Embellecimiento de la Ciudad, que tenía como fin “la conservación, mejora y administración de los paseos, plazas, alamedas, parques y vías públicas en general, existentes o que en adelante se establecieren”, además de “propender por todos los medios posibles al embellecimiento de la ciudad”.
Para el primer centenario de independencia ya se había inaugurado la Columna de los Próceres en la plaza que se construyó para esta conmemoración. El 24 de junio de 1938 se inauguró el último monumento orientado a perennizar la memoria de las gestas de Independencia, este fue el conjunto de conmemoración de la entrevista entre Simón Bolívar y José de San Martín en el Hemiciclo de la Rotonda, en el Malecón, proyecto del escultor José Homs.