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Aislamiento y creatividad

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"En algunos casos el aislamiento ha sido obligado con el fin de presionar para tomar alguna decisión importante o para la culminación de algún trabajo pendiente"

Es sabido cómo el aislamiento obligado al que nos hemos sometido este año ha permitido el surgimiento de muchos emprendimientos y propuestas creativas, tanto aquí como alrededor del mundo. Y no solo ha sido ahora. Se sabe, por ejemplo, cómo Giovanni Boccaccio escribió el Decamerón luego de la epidemia de 1348, Shakespeare terminó El Rey Lear y Macbeth durante la cuarentena de 1606 o Isaac Newton desarrolló su ley de la gravedad durante el confinamiento de la peste de 1665.

En algunos casos el aislamiento ha sido obligado con el fin de presionar para tomar alguna decisión importante o para la culminación de algún trabajo pendiente. Tal fue el caso de Gioacchino Rossini, famoso no solo por gran compositor, sino también por su conocida vagancia, quien tuvo que ser presionado para que escribiera la obertura de La Gazza, ya que había llegado el mismo día del estreno y no la había empezado, por lo que el productor lo encerró en el desván del teatro de La Scala, en Milán, bajo amenaza de dejarlo sin comida hasta que la concluyera. No se debe olvidar cómo el aislamiento forzoso ha sido el recurso utilizado para agilitar las decisiones cardenalicias para la elección de un nuevo Papa. Como en 1216, cuando después de tres años sin tomar una decisión, el pueblo decidió suministrarles solo pan y agua. Al poco tiempo la medida había iluminado a los purpurados para apurar su designio.

Ha habido quienes han buscado el aislamiento deliberado como mecanismo para “centrar su atención en el diálogo interior”, según Hannah Arendt. Así lo hicieron escritores como Julio Verne, Isaac Asimov, Stefan Zweig o Ernest Hemingway. Algunos llegaban a extremos como Joseph Conrad, de quien se dice que permaneció una semana entera encerrado en el baño o quienes buscaban el aislamiento en lugares remotos del campo, como Henry Thoreau o George Bernard Shaw.

Así que entre todo lo negativo que este año nos deja, también nos quedan lecciones. Como la de hacernos entender que entre los recursos que han salido a flote en esta pandemia uno de ellos nos ha ayudado a sobrellevarla: la creatividad.