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El injusto poder judicial

Avatar del Fernando Cazón

Esperar un cambio del “poder de las injusticias” es algo que sabemos que jamás pasará. La gota que colma el vaso podría llegar en cualquier momento

En términos de justicia al parecer los ecuatorianos siempre hemos ido de mal en peor. El poder Judicial como regla general ha sido manejado por los gobiernos de turno, pese a que este se da golpes de pecho alegando justicia e independencia. Hace un año el presidente Guillermo Lasso celebraba su triunfo electoral y su entrada a Carondelet, y el país se llenaba medianamente de esperanzas.

Pese a que las fuerzas de los nuevos mandatarios estaban centradas en un inicio en combatir el coronavirus, que de a poco estamos superando (o aprendiendo a vivir con él), sabíamos que el presidente entrante tenía pendientes varios puntos por resolver y con el pasar de los meses nos hemos llevado más de una decepción respecto a sus planes de acción. Aunque en teoría sabemos que los poderes del Estado tienen su autonomía, el día a día nos quiere demostrar lo contrario, y al final la culpa de todo se la lleva el Gobierno porque el hilo rojo que une a estos poderes siempre ha estado a la vista de todos.

La salida de prisión de Jorge Glas cayó como una patada al hígado para muchos que aún recordamos los desfalcos al gobierno adjudicados a su nombre. Salió de la penitenciaría airoso, como si se tratase del Peter Pan de los ecuatorianos, como un héroe de capa y espada, pelando los dientes de felicidad a quien se le cruzara en el camino. Como si su liberación se tratara del más grande acto de justicia, cuando todos sabemos que es absolutamente lo contrario, pues su libertad no significa su inocencia.

Y sin importar la apelación del Gobierno por el ‘habeas corpus’ a favor de Glas, rechazando de esta manera también cualquier pacto con el correísmo, todos esperamos la posible salida triunfal del ‘exvice’ hacia tierras lejanas, para después proclamarse perseguido político, eso sí, con los bolsillos llenos de dinero.

Las injusticias en nuestro país existen y seguirán existiendo para las pobres almas que no tienen influencia sobre nada y la frase: “el que tiene padrino se bautiza”, sigue teniendo vigencia, porque cuando hay poder y dinero de por medio se elige a dedo cualquier juez para conceder los caprichos de quien puede pagarlos.

Esperar un cambio del “poder de las injusticias” es algo que sabemos que jamás pasará. La gota que colma el vaso podría llegar en cualquier momento.