Fausto Ortiz | Menos crecimiento, más desafíos

Obviamente la composición del crecimiento que hoy ubica el BCE está lejos de lo que se hubiera esperado
Conforme a lo esperado, el Banco Central del Ecuador (BCE) publicó esta semana su última previsión de crecimiento para este 2025 y la ubicó en 3,76 %, estimando que en dólares constantes de 2018 pasarían de USD 113.123 millones (M) a USD 117.456M.
Contados en dólares nominales (con los cuales hay que calcular los ‘ratios’ económicos) el PIB al finalizar el 2025 sería USD 133.729 millones.
Para el 21 de abril, después de la elección y con el dato oficial de crecimiento del primer trimestre, en mi cuenta de X ubicaba el crecimiento del PIB para este 2025 en 3,75%.
Recuerdo la cantidad de críticas por el optimismo.
Obviamente la composición del crecimiento que hoy ubica el BCE está lejos de lo que se hubiera esperado.
Considera un crecimiento real de Importaciones de 10,1 %, apenas 1,7 % de consumo del Gobierno; 4,4 % de crecimiento de la Inversión total y 4,1 % en Exportaciones. Para el consumo de los hogares, que representa el 67,7 % del PIB, el BCE espera que crezca 6,4%. La última vez que creció sobre el 6 % fue en el año 2017 (año posterior al terremoto).
El crecimiento de 2025 ya no representa sorpresa. Con dos trimestres prácticamente informados y un tercero casi totalmente jugado, es muy poco lo que podría variar hasta finalizar el año.
El foco ahora debe ubicarse en la expectativa del 2026, en especial el dato oficial expuesto esta semana por el BCE, que ubica un crecimiento del PIB para 2026 en 1,8%. Ese es un número que a priori suena muy bajo para un escenario normal, sin embargo, si juntamos la actual discusión de la convocatoria a una nueva Asamblea Constituyente, podría tener sentido justificar dicho número.
En lo personal considero que quienes hoy son minoría en la Asamblea serían los grandes ganadores de una Constituyente. Ellos saben que sin un proceso electoral cercano están condenados a enfriarse. Un proceso electoral les permite reacomodarse y quizás eliminar la percepción de pérdida electoral que los mantiene en la zona de la intrascendencia.
Si les va mal en las elecciones y se confirma lo mal que estuvieron, no tiene deterioro su actual imagen, por lo tanto, para ellos no hay ‘perder’ en el probable escenario político.
Un proceso electoral puede traer estancamiento e incertidumbre en función del resultado al final de la iniciativa. Los asesores políticos seguramente serán versados y escogerán las mejores estrategias.
Hasta ahora la nueva previsión del BCE para el año 2026 se lee como una de menor crecimiento y un mayor desafío, en especial lograr que los recursos que se obtendrán del incremento del precio del diésel puedan orientarse a temas sociales, ojalá con una temporalidad relevante, al igual que las compensaciones en temas de transporte público y de alimentos.
El valor actual neto que le podría dejar la medida de eliminación de subsidios sería el equivalente a lograr recursos frescos superiores a USD 8.000 millones a largo plazo y con ellos pagar los atrasos y deudas pendientes en campos sociales que le ayudarían a enfrentar de mejor forma las demandas sociales.
Un retiro de silencio en estas ocasiones suele servir. Uno en que no se escuchen tantas voces con tantos intereses.