Fausto Ortiz: La lista corta

Este es un segundo tiempo del partido de fútbol. Vamos perdiendo, pero siempre se puede dar vuelta al marcador.
El actual gobierno, al iniciar su gestión en mayo de 2021 recibió un déficit fiscal de $ 828 millones (M) en esos cinco primeros meses. En los siguientes siete se acumularon $3.574M adicionales de déficit, con lo que en 2021 el Déficit fiscal llegó a $ 4.402M (4,1 % del PIB). Este 2023 el déficit podría llegar a $ 4.500M y representar el 3,8 % del PIB. Al final del día se logró que no se deteriore la situación fiscal.
El tamaño de la economía previo a la pandemia, medido por el PIB real, fue de $ 71.900M. Si la economía crece 1,1 % este año, en 2023 estaríamos igualando las cifras de 2018. Ha tomado tres años salir del enorme bache del 2020, entre otras cosas porque nos encontrábamos en medio de un plan de recorte fiscal que impidió encender el motor de la obra pública, que fue la gran sacrificada.
En otra de las piezas de información de cómo recibirá la economía el nuevo gobierno, al empleo le faltaron condiciones en el entorno para superar cifras previas a la pandemia. Si bien es cierto que el gobierno saliente recibe 2,6 millones de personas con empleo pleno en mayo de 2021 y “entrega” 3,1 millones empleadas en septiembre de 2023, esa recuperación aún no alcanza a igualar las 3,2 millones de personas empleadas en septiembre de 2019, que es el dato comparable prepandemia.
Otro terreno similar en el cual el ofrecimiento fue crecer significativamente es el petrolero. Lejos de duplicar su producción, como lo planteó en campaña, ahora se produce menos, y con el resultado de la consulta será mucho menos en el futuro cercano. Pocas luces en el Ministerio de Energía.
Cosas positivas por supuesto que se pueden encontrar, entre ellas los acuerdos comerciales, el plan de vacunación, la terminación de proyectos de períodos anteriores. La valoración con la que sale el presidente da claras señales de que se esperaba mucho más. Por supuesto que fue difícil por la oposición encontrada en la Asamblea y la calentura de las calles, pero eso se sabía desde antes, como lo sabe el gobierno entrante, y se cuantifica en el número de asambleístas que pudieran formar parte de la oposición.
Iremos viendo cómo no se cometen los mismos errores del pasado. Los malos ratos del saliente gobierno deberían servir para que el entrante no tropiece con la misma piedra. Su juventud debería ayudar a sortear esos obstáculos; saber escuchar sería deseable que se convierta en una de sus mayores virtudes. Quisiéramos que sea posible encontrar éxitos en la gestión de su joven gabinete para ir jubilando a una generación que en estos años tiene al país marchando sobre el mismo terreno. Si le va bien ganamos todos.
Hay muchos frentes para actuar. En la lista corta de problemas a corregir seguramente veremos a seguridad, empleo, producción petrolera, mejora de ingresos fiscales, recorte de gasto, eliminación de subsidios y direccionamiento de recursos hacia sectores sociales.
Si se obtienen buenos resultados se podría pensar en repetir la receta; hasta eso, aprender sobre la marcha y darle velocidad a la economía.
Este es un segundo tiempo del partido de fútbol. Vamos perdiendo, pero siempre se puede dar vuelta al marcador. Veamos qué tal tocan esa pelota los que acaban de entrar y qué tanto se dejan ayudar.