Fausto Ortiz: Hablemos de inflación

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En este tema, vale considerar la duda ciudadana: cuesta creer que la inflación oficial refleje lo que vivimos a diario

En los últimos 20 años, la mayor inflación anual se registró en 2008, cuando esta superó 8,8 %. Solo en tres años, 2017, 2019 y 2020, la inflación mostró signos negativos a pesar del variado comportamiento del crecimiento económico de esos años: 6 %, 0,2 % y -9,2 % respectivamente.

Hasta agosto de este año, la inflación acumulada va en 2,18 %, casi asegurando un 3 % al finalizar diciembre. Este podría ser el segundo año en la última década con una inflación topando el 3 %; la ocasión anterior ocurrió en 2022 con 3,74 %. La variación acumulada de precios en estos 10 años, hasta agosto de 2025 ha sido del 10,3 %.

Siempre queda la duda de si los salarios han logrado subir al menos al mismo ritmo que la inflación y la respuesta es un rotundo sí. En 2015 el Salario Básico Unificado (SBU) era $ 354 y hoy es $ 470. Seguramente los hacedores de política consideraron, además de la inflación, la productividad del trabajador. Campo de los expertos.

En este tema hay que darle valor a la duda popular, ya que cuesta creer que la inflación que nos informan es la misma que nos toca vivir en el día a día, y mucho menos mientras más alejado se encuentre el ingreso familiar de la canasta básica.

Capítulo aparte el concepto de la canasta básica, que se la prepara para cuatro personas en un hogar de 1,6 perceptores de ingresos. Es chino avanzado para muchos.

En diciembre de 2015 la Canasta Básica fue de $ 673,2 y al mes de agosto de 2025 se ubica en $ 813,9. El incremento de precios de la canasta básica en estos casi 10 años ha sido del 21 %. Si tomamos solamente la variación de precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, estos fueron 15,7 %. Aparentemente el incremento en el SBU en el mismo período, que fue 32,8 %, cubre la variación de precios de alimentos, incluso el de la canasta básica. Dejemos de hablar en promedios. Algunos productos por sus crecimientos en precios seguramente están fuera de la lista de compras semanales al comparar su crecimiento en 10 años. Solo cuatro para muestra: carne de res arriba del 20 %, carne de cerdo con hueso cae 7 %. Para más tarde tocará seco de chancho o de pollo, que cayó 5,6 % y poco aguacate, que ha crecido 60 % de acuerdo a los cuadros del INEC.

De las ventajas poco valoradas, consecuencia de la dolarización, la estabilidad de precios es de las más importantes, en especial por el comportamiento de la última década, en la que los precios crecieron en promedio apenas 1,1 %. La década previa crecían 4,2 %, dando como resultado una inflación promedio para los últimos 20 años del 2,6 %. En este resultado algún ‘mérito’ debemos darle al estancamiento económico vivido los últimos tiempos. La verdad es que hubiera sido preferible mayor crecimiento con una inflación ligeramente superior en una economía dolarizada.

Fijar salarios debe gustarle solo a los populistas. Muy complicado entender que, si hay poco empleo, incrementar inadecuadamente el SBU podría terminar en menos empleo. Deberíamos apuntar a crear plazas de trabajo, para que el ingreso familiar crezca por la incorporación de un nuevo miembro al mundo laboral. En este contexto aventurarse a dar una estimación del Salario básico para el 2026 es complicado, no lo veo por debajo de S 485 por la cada vez mayor intención de afianzar lazos populares.