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Ecuador y la Ley Menéndez

Avatar del Eduardo Carmigniani

...nuestra “justicia” ha demostrado seguir siendo inútil, al punto que nada se ha recuperado, salvo alguna cosita por los sobornos de Odebrecht

No es nuevo que las autoridades estadounidenses sean nuestras grandes aliadas en la detección de actos de corrupción. Odebrecht, de fines de 2016, es emblemático pero no el único. Hay también las confesiones de Javier Aguilar, de Vitol, y de Raymond Kuhot, de Gunvor, acusados de haber aceptado que se soborne a funcionarios de Petroecuador para que entreguen sin concurso contratos a aquellas empresas, bajo el disimulo de que lo hacían a entidades de Omán o de Asia, que eran mera pantalla. También Seguros Sucre y últimamente el del fugitivo Chérrez Miño, que repartía sobornos a diestra y siniestra para conseguir "inversiones" del Isspol. En todos esos casos nuestra justicia ha demostrado seguir siendo inútil, al punto que nada se ha recuperado, salvo alguna cosita por los sobornos de Odebrecht.

Por eso es vital la iniciativa legislativa planteada esta semana en el Senado estadounidense, por el senador Bob Menéndez (y sus colegas Risch, Kaine y Rubio), uno de cuyos pilares -de ser aprobada- sería la instrucción al Departamento de Estado para que en 180 días desarrolle e implemente una estrategia para incrementar la capacidad del Ecuador para combatir, entre otras cosas, la corrupción y las organizaciones criminales transnacionales (sección 6).

Entre los planes a desarrollar se incluiría: que fiscales y jueces reciban asistencia técnica para incrementar su capacidad de hacer cumplir la ley, castigando actividades económicas ilícitas; fortalecer el apoyo estadounidense para la recuperación de activos provenientes de prácticas corruptas; mejorar las capacidades de fiscales y entidades financieras para detectar transacciones sospechosas o para incautar los activos envueltos en esos menesteres; y apoyar esfuerzos para mejorar la transparencia, rendición de cuentas y capacidad de gestión de la Contraloría General del Estado.

Anticipo, para los demagogos que se llenan la boca discurseando sobre "soberanía", que de ser aprobada esa ley obviamente el Ecuador no estaría obligado a recibir la asistencia que se le ofrezca. Pero mucho bien le haría aceptarla.