Por una cabeza
"Esperemos que el CNE respete lo ganado en las urnas y no entregue triunfos logrados bajo la mesa"
La dispersión electoral logró que tengamos segunda vuelta. Al final, el ganador de la primera vuelta fue el binomio correísta; no es sorpresa, se veía venir, pero claro, con mucho menos fuerza y proporción que con la que ganaban cuando el del ático reinaba y hacía de las suyas.
Como ya nos tienen acostumbrados en nuestro país, el Consejo Nacional Electoral hizo el ridículo y salió a promulgar datos de un conteo rápido sin haber concluido de computar la muestra completa. Encima, hasta el momento en que escribía estas líneas se hablaba de un empate técnico en el segundo lugar entre Pérez y Lasso, originando discursos triunfalistas en cada una de estas tiendas políticas.
Muy peligroso lo que hizo el organismo de control al dar cifras y posiciones cuando no había una definición clara al respecto. Lanzaron gasolina al fuego, luego no se quejen de los reclamos airados que con seguridad irán escalando conforme cambien los resultados de los unos en detrimento de los otros. Los seguidores de Pachakutik sienten que están en la segunda vuelta y perciben que entre gallos y medianoche les pretenden arranchar su logro.
Este conteo de votos para definir la segunda posición en esta primera vuelta será como esas carreras de caballos apretadas, donde van muy cerca el uno del otro, previo a alcanzar la meta y donde al final quien gana lo hace solo por una cabeza.
Los grandes perdedores en esta lid electoral son las encuestadoras, que nuevamente, se equivocaron ruidosamente en sus datos pre y poselectorales, dando cualquier cifra menos las cercanas a las que vimos realmente en las urnas. El otro perdedor es el pueblo ecuatoriano, que una vez más no recibió información transparente y objetiva de ciertos medios. En uno de ellos hasta el audio le quitaron a Yaku Pérez en el momento en que entregaba los resultados computados por su control electoral. Es inaceptable que los ciudadanos reciban mensajes amañados para beneficiar preferencias personales.
Esperemos que el CNE respete lo ganado en las urnas y no entregue triunfos logrados bajo la mesa.
