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C la FeriaroN

Avatar del Diana Acosta

El padrinazgo debe erradicarse, y el Gobierno, que sí conoce de banca, debe iniciar de inmediato las acciones legales contra quienes promovieron la concesión de estas operaciones deshonestas

Si hay un tema que el Ejecutivo domina, sin duda alguna es el de la banca, donde una de sus tareas es la gestión de su cartera de crédito. Se han llevado la CFN en peso y con ello el dinero de todos los ecuatorianos.

Hay claros indicios, tal y como se ha expuesto a la opinión pública, de actos mañosos en la concesión y manejo de varias operaciones de crédito, que hoy están vencidas y muchas de ellas incobrables; es decir se feriaron, sin recato, recursos de todos nosotros, disfrazados de préstamos, cuyo propósito fue el de engordar los bolsillos de algunos ahijados. Estos créditos se entregaron sin la más mínima prudencia financiera, obedeciendo el “vicerazo” para atender lo que les ordenaron ejecutar.

La cifra de obligaciones con problemas es multimillonaria, entre estas, la más emblemática, la otorgada a los empleados de la Clementina, cuyo único fin fue saciar una revancha política sin ningún tipo de pudor para ejecutarla. Ahora la deuda es impagable y sus supuestos “dueños”, lo único que tienen es un bien tremendamente afectado por una desastrosa administración que la dejó en ruinas, y los perjudicados, una vez más, son los ecuatorianos.

El padrinazgo debe erradicarse, y el Gobierno, que sí conoce de banca, debe iniciar de inmediato las acciones legales contra quienes promovieron la concesión de estas operaciones deshonestas y contra todos los ricos exprés que aprovecharon su cuarto de hora para comprarse lujosas mansiones y propiedades, haciéndose pasar como empresarios exitosos a costilla del dinero de los ecuatorianos.

Se escucha que la CFN comenzará a rematar las propiedades en garantía de las obligaciones; esperemos que lo hagan en procesos públicos y transparentes, a valores justos, con avalúos efectuados por profesionales honestos, de larga experiencia, para que no quede ninguna duda en estos procesos.

Esperamos que todos estos pillos de cuello blanco, que se cargaron con el santo y la limosna, sean puestos donde corresponde y les saquen hasta el último centavo robado a los ecuatorianos. ¡Ya recuperen lo robado!