La evolución acelerada de la inteligencia artificial (IA) ha puesto incómodos a muchos. Su velocidad para aprender, para encontrar patrones y tomar decisiones ha empujado a que la ciudadanía se cuestionen el poder que estamos otorgando a estás máquinas. La realidad es que desde el siglo XIX hemos estados preocupados por la presencia de la tecnología. Como es el caso de los Luditas, un movimiento de artesanos ingleses que entre 1811 y 1816 protestaron contra las máquinas de la Revolución Industrial. En su momento y ahora la preocupación es similar, si estas máquinas pueden hacer mejor nuestro trabajo, cuál será nuestro rol. Cuando vemos la evolución de la capacidad humana desde 1816, vemos que el ser humano tiene la capacidad de crear, resolver y soñar, y un obrero que hace tareas repetitivas está desperdiciado. No es muy ajeno al cuestionamiento que tenemos hoy con la IA. Para aquellos escépticos que dudan en utilizar estas herramientas por temor a volverse menos astutos o demasiado dependientes de la tecnología, les propongo reflexionar sobre cómo podrían optimizar su tiempo delegando muchas de sus tareas diarias a la IA y dedicar nuestra capacidad creativa a construir lo que aún no existe. El tiempo es el recurso más valioso que tenemos, si una persona logra buscar eficiencia en su tiempo tendrá en sus manos una ventaja significativa. La tecnología en el último siglo ha facilitado de manera increíble nuestro tiempo; la calculadora, los traductores, el GPS, los correctores, entre otros ahorran tiempo de millones de personas diariamente. En 1899 Charles Holland Duell, director de patentes en EE. UU. dijo la siguiente frase: “Todo lo que se ha podido inventar ya se ha inventado”. Muchos pensarán como él. Hoy nos encontramos en el umbral de presenciar cómo la IA nos impulsa a crear inventos de magnitudes extraordinarias. Aunque se dice que esta ya ha igualado la inteligencia humana, es nuestra inteligencia colectiva y colaborativa la que guiará los inventos revolucionarios del futuro. La tecnología será nuestra aliada para resolver los desafíos más complejos de la sociedad, y necesitamos la contribución de toda la humanidad para avanzar hacia un futuro más innovador y sostenible.