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El éxito de Pakistán contra la COVID-19

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"Ya de por sí la COVID-19 puede ser devastadora, pero la desinformación sobre el virus puede agravar la amenaza al debilitar la confianza de la población en la respuesta a la pandemia"

Cuando el nuevo coronavirus llegó a Pakistán a fines de febrero, hubo muchas dudas respecto de la capacidad del país para manejarla. Los casos de COVID 19 aumentaban rápidamente a la par del regreso de viajeros desde otras zonas de la región con alta prevalencia, y había que reforzar con urgencia el sistema de salud pública. Pakistán recurrió al equipo que trabaja para erradicar la polio. El gobierno pakistaní trabaja codo a codo con la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis (una asociación integrada por Rotary International; la Organización Mundial de la Salud; Unicef; los Centros para Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.; Gavi, la Alianza para la Vacunación; y la Fundación Bill y Melinda Gates) para vacunar a todos los niños del país y perseguir al virus hasta sus últimos reductos. Pakistán ha hecho grandes avances en el combate a la polio, pero en marzo de este año, la pandemia de COVID-19 obligó a suspender las campañas de vacunación. Entonces, la experiencia y la infraestructura desplegadas en el combate a la polio se pusieron al servicio de detener la COVID-19, y eso ha sido un elemento fundamental de la respuesta de Pakistán. Por eso es tan importante continuar la inversión internacional en el programa contra la polio, para detener esta enfermedad y para poder atender otras prioridades sanitarias. La renovación de los compromisos financieros puede ser el catalizador que el país necesita. Un hecho crucial es que el programa contra la polio ayuda a vigilar la difusión del coronavirus usando algunos de los mismos métodos y herramientas, como recolección y análisis de muestras de aguas servidas. Para frenar el ritmo de contagio de COVID-19 y polio, el programa ahora hace seguimiento y detección de los dos virus en tándem. Más de cien laboratorios en todo Pakistán se han readaptado para hacer pruebas de COVID 19 y un seguimiento espaciotemporal de los contagios de coronavirus. La desinformación sobre el virus puede agravar la amenaza al debilitar la confianza de la población en la respuesta a la pandemia. El programa contra la polio tiene años de experiencia en responder a rumores y falsedades similares, y ahora usa las plataformas sociales (en particular WhatsApp) para difundir mensajes sobre prevención de la COVID-19 y trabajar con líderes religiosos e influenciadores comunitarios fiables en la provisión de información sanitaria exacta. En pocos meses desde el inicio de la pandemia, el programa llegó a casi 25 millones de personas solo a través de redes sociales. Pakistán ha logrado mantener las tasas de contagio y muerte por COVID 19 en niveles relativamente bajos, en parte gracias a la rapidez con que desplegó para este fin la infraestructura de prevención de la polio. Por desgracia, la suspensión de las campañas de vacunación contra la polio desde marzo hasta agosto llevaron a una mayor difusión del poliovirus. La OMS y la Unicef hicieron un llamado a la acción urgente para evitar una potencial epidemia. Las campañas se reiniciaron con medidas de protección adicionales para el personal de vacunación y las familias, y se mantiene el compromiso del programa con dar apoyo a la respuesta a la COVID-19. Pero estas interrupciones sirven de recordatorio de lo rápido que puede revertirse el progreso contra la polio y otras enfermedades.