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Medio ambiente

"El reconocimiento a nuestra líder waorani, la ecuatoriana Nenquimo, representa una valoración especial para nuestros pueblos indígenas, especialmente a aquellos que luchan por una mayor protección del medio ambiente"

El reconocimiento realizado por la revista Time a la líder waorani Nemonte Nenquimo, como una de las cien mujeres más influyentes del mundo, es un triunfo del Ecuador, de la causa de protección de la naturaleza. Un ejemplo para muchos líderes que no consideran válidas este tipo de iniciativas. 

Es una vergüenza para el mundo de nuestros días que líderes de importancia, como lo son Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, y Jair Bolsonaro, del Brasil, sean personas que desdeñan este tipo de causas. El primero tuvo la audacia para negar la realidad de las consecuencias del cambio climático, yendo a la misma California, y afirmando que los incendios forestales que agobian a ese importante estado eran responsabilidad de las autoridades locales y de los propios guardabosques, quienes no hacían bien su trabajo de cuidar con esmero y eficacia las áreas forestales. 

El reconocimiento a nuestra líder waorani, la ecuatoriana Nenquimo, representa una valoración especial para nuestros pueblos indígenas, sobre todo a aquellos que luchan por una mayor protección del medio ambiente.

Se producirá también en el mundo entero un vivo interés por conocer la realidad de estos pueblos, su ubicación en el mapa mundial, su cultura y creencias. Igual efecto, espero tenga dentro de nuestro país, de comprender mejor la realidad de estos pueblos hermanos, que luchan por cuidar y defender nuestra heredad territorial, sus culturas ancestrales y la protección de la naturaleza. 

Si algo tenemos valioso en nuestro país es nuestra diversidad cultural, que todavía no sabemos valorar y proteger debidamente.

A pesar de existir 200 años desde que somos república, y 500 desde que fuimos colonizados por España, no hemos aprendido a reconocer lo inmensamente rico y valioso que tenemos en nuestra diversidad geográfica y cultural, en un territorio y espacio tan pequeño, en un país que en pocas horas lo recorremos de sur a norte, de este a oeste, de la selva al océano.

El Ecuador ha fallado en muchos temas, en muchos órdenes. La educación es un aspecto fundamental en el que estamos en grave mora, dado que tenemos valores intrínsecos y extraordinarios en cada uno de los pueblos del bello mosaico de diversas culturas que componen nuestra nación y que no las valoramos suficientemente.

Cada año lo demuestran nuestros deportistas, que brillan en distintas disciplinas, sin apoyo oficial, producto de su propio esfuerzo individual.

El Ministerio de Deportes desperdicia recursos, cuando debería apoyar el esfuerzo de los ciclistas en el Carchi, los futbolistas en el Valle del Chota, el atletismo en el Azuay y muchos otros valores en diferentes provincias del país.  

Bien por la lucha individual de Nemonte, por poner a su pueblo en la palestra universal, por hacer quedar bien al Ecuador, como un país que apoya buenas causas y respeta a la naturaleza; a la Pachamama, que por siglos nos cobija y nos da todo lo que necesitamos para subsistir. 

Debemos hacer de nuestra existencia un paso consecuente y responsable, preservando el medio ambiente, el futuro de nuestro planeta; que nos obligue a respetar, legando siempre un mundo mejor a nuestros descendientes y generaciones por venir.