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La novena pregunta

Avatar del César Febres-Cordero Loyola

La meritocracia, un saludo a la bandera, a lo mucho 1 de 3 binomios sacados de un concurso para una terna o cosas así.

Por fin llegó la consulta, que en sus ocho preguntas esconde lo que bien puede que sea la última esperanza de un gobierno frustrado. La presentaron como un reclamo popular, usando voces ciudadanas en un acto tímido, pero a la vez revelador. No había grandes masas con banderas flameantes ni tampoco una cohorte de aliados ansiosos de hacer ver sus logos. El Gobierno quiso hablar por millones, pero pocas veces se lo había visto tan solitario.

Este evento fue más que un error aislado, porque termina siendo el culmen de un proceso de preparación alejado del resto de los actores políticos, desde los grandes partidos hasta los pequeños pero ruidosos movimientos sociales. Parece que ya no les gusta el encuentro. Es como que si se hubieran olvidado de cómo saltaron del 19 al 52.

Pero no nos quedemos en eso, vamos al condumio: las preguntas. Al tenerlas sobre la mesa uno quisiera empezar a ver hacia el futuro e imaginarse sus resultados de ser aprobadas, pero incluso en ese ejercicio la mirada es arrastrada al pasado. Sobre todo algunas que llaman la atención por su necedad o las aparentes contradicciones con los postulados del lassismo.

En la seguridad quieren insistir en sacar permanentemente a las Fuerzas Armadas a la calle a pelear contra el crimen organizado, bajo el mando de la Policía Nacional. En el mejor de los casos será como en los estados de excepción, un paseo. En el peor, la desnaturalización de la misión de las FF. AA., poniendo a uniformados y a civiles en peligro.

Para la democracia traen otras necedades, entre ellas una reducción irrisoria, pero a la vez potencialmente nociva, del número de asambleístas, que aun así no preocupa tanto como lo que harían con las designaciones de autoridades de control. Un hiperpresidencialismo recargado, lo que por años denunciaron del correísmo y Montecristi, que ahora quieren para sí, pero que pronto les podría servir a sus enemigos. La meritocracia, un saludo a la bandera, a lo mucho 1 de 3 binomios sacados de un concurso para una terna o cosas así.

Para la protección al medioambiente, casi nimiedades.

Todo esto nos deja con una pregunta más: ¿en qué estaban pensando?