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César Febres-Cordero Loyola | Casi a ciegas

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Dicen los partidarios del Gobierno que perdieron ante una campaña de desinformación

Horas antes del cierre de los comicios de abril, en el oficialismo se hablaba de una victoria de dos puntitos y medio o tres. Los correístas se dividían entre quienes compartían pronósticos de una victoria que sentían que tenían que cuidar (y solo se cuidan las victorias apretadas) y los que ya empezaban a exhibir caras largas. Y, ¡pum!, entraron los números: Noboa les había dado reverenda paliza.

Este domingo, apenas siete meses después, el país vivió una nueva jornada electoral. Si las generales de principios de año habían sido raras, esta consulta y referéndum lo fueron más. La campaña fue corta y la oposición llegó reducida a un solo partido funcional, el cual hizo tan poca campaña que provocó la suspicacia de más de uno. Los actores sociales, sobre todo activistas, pero también políticos sin banderas, salieron a dar batalla sin mucho optimismo, aunque con harto ahínco.

Muchos pensaron que el Gobierno solo podía ganar. Otros olieron la sangre, pero siguiendo las encuestas calcularon que solo dos preguntas estaban en peligro de perderse. Por ahí los augures de la RC vieron al No llevarse dos o hasta tres victorias. Y empezó el conteo. Otra vez una sorpresa: el No ganaba de largo en las cuatro preguntas.

¿Lecciones? Primero, lo que había dejado de ser obvio para un Gobierno embriagado de improbables victorias: no hay que sobrarse. Derrotaron al paro en las calles, pero perdieron en los cantones donde se desarrolló. Montaron un espectáculo en una cárcel inconclusa para ser arrastrados en la parroquia en la que se ubica. Segundo, queda confirmado que no se puede confiar en las encuestas.

Dicen los partidarios del Gobierno que perdieron ante una campaña de desinformación. Si el presidente dijo que no presentaría oficialmente sus propuestas para la constituyente sino hasta después de las elecciones, si su gente no pudo desmentir de forma efectiva ni intentó acallar (cosa que usualmente le encanta) a un ciudadano que sugirió que se eliminase la gratuidad de la educación superior, entonces más bien podemos creer que al oficialismo no le interesó hacer una buena campaña ni informar al votante.