Carlos Emilio Larreátegui: No es desarrollo solo educar en ciudades

Con la tecnología y la equidad como pilares, este modelo tiene el potencial de transformar vidas
En Ecuador dos tercios de las universidades se concentran en Quito, Guayaquil y Cuenca, aunque solo el 35 % de la población vive en estas ciudades. Esta situación profundiza las desigualdades y frena el desarrollo en las zonas que más lo necesitan. La educación a distancia de calidad representa una oportunidad para cerrar brechas y brindar acceso educativo a quienes no lo han tenido.
La pandemia demostró que la educación remota puede ser tan efectiva como aquella presencial. Estudios del Departamento de Educación de Estados Unidos y de Harvard han evidenciado que, con las herramientas adecuadas, los resultados de aprendizaje en la educación a distancia son comparables a los de la educación tradicional e incluso superiores en algunos casos.
Sin duda, la tecnología ha sido el gran catalizador de este cambio. Gracias al acceso masivo a teléfonos inteligentes e Internet, la educación a distancia es hoy una opción viable para la mayoría. Además, las instituciones educativas han realizado inversiones significativas en infraestructura tecnológica para garantizar una experiencia de aprendizaje eficaz y accesible. Como resultado, incluso en Ecuador se ha desarrollado un ecosistema propicio para una educación remota de calidad.
Aun así, no toda educación a distancia es de calidad. Para asegurar su efectividad, los programas deben diseñarse considerando el entorno y las realidades de vida del estudiante. Asimismo, el formato debe adaptarse a las herramientas tecnológicas disponibles; aprender a través de una computadora no es lo mismo que hacerlo desde un teléfono móvil.
Si bien la formación presencial sigue siendo esencial para desarrollar ciertas habilidades, Ecuador debe fortalecer la educación a distancia como una alternativa efectiva y necesaria. El país tiene la oportunidad de ampliar significativamente el acceso a la educación superior mediante programas remotos de calidad.
Con la tecnología y la equidad como pilares, este modelo tiene el potencial de transformar vidas y contribuir al desarrollo nacional.