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Carlos Andrés Vera | Extraditar por verdad

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Fito podría ser la clave para revelar muchas cosas que se han querido ocultar

Hasta hace poco, Ecuador no podía extraditar narcotraficantes. La herramienta de la extradición fue finalmente aprobada en consulta popular de abril de 2024, impulsada por el presidente Noboa. No hay que olvidar que no fue la primera vez que se intentó. En 2023 Guillermo Lasso la planteó, pero sus esfuerzos fueron bloqueados en las urnas por la oposición frontal, demagógica y masiva que implementó el brazo político de la mafia. ¿Por qué le tenían tanto temor y por qué se opusieron con tanto fervor a la extradición? Porque cuando un criminal es extraditado no solo se garantiza su encierro, sino que también se abre la puerta a conocer sus vínculos reales con políticos, con estructuras financieras, institucionales, incluso mediáticas y sociales. Y esa es precisamente la pesadilla de quienes han vivido del silencio, de la complicidad o del encubrimiento de aquellos delincuentes que operan gracias a sus relaciones con otros sectores de la sociedad. Por eso durante años la no extradición fue una de las banderas más férreas del crimen organizado disfrazado de fuerza política.

La recaptura de Fito devuelve esta conversación al corazón de la opinión pública. Hoy su extradición no es solo una opción: es una urgencia. Nuestro sistema judicial, carcelario y político está parcialmente cooptado. Si Fito permanece en Ecuador podría ser asesinado por bandas enemigas o por personas que necesitan su silencio. Podría ser liberado por un juez corrupto o fugarse con complicidad de la fuerza pública, como ya ha ocurrido antes. En cambio, fuera del país, en un sistema judicial no contaminado por nuestras mafias, como el de EE.UU., Fito podría ser la clave para revelar muchas cosas que se han querido ocultar.

He leído a quienes dicen que este proceso podría tomar años. Otros expertos hablan de meses. Pero más allá de las especulaciones, el presidente Noboa fue claro en CNN: Ecuador está listo, y apenas EE.UU. lo solicite, Fito debería subirse a un avión. Ese debe ser el camino. Ese vuelo de extradición no será solo un traslado. Puede ser el inicio de una depuración real. Porque el verdadero valor de la extradición no está únicamente en el castigo ni en la garantía de que un narcotraficante como Fito pague por sus delitos, sino en abrir muchas puertas a la verdad que han permanecido cerradas por demasiado tiempo.