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Carlos Andrés Vera | Carta pública a Andersson Boscán

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Debiste darle explicaciones no solo a tu audiencia sino a las personas mencionadas y sus familias

Andersson, esta columna es especialmente dura de escribir, pues a quien considero amigo acostumbro expresarle mis discrepancias en persona. Sin embargo, lo revelado por el caso Metástasis nos obliga a reconocer este como un momento de definiciones, y en nuestro caso, deben ser públicas. Se trata del país que le dejamos a nuestros hijos, nada más y nada menos.

Refiriéndote a tus chats con Norero, mencionaste los peligros que tú y tu familia han debido sufrir y consideraste un error de forma algo que merece explicaciones más profundas. Justamente porque sabes lo que es vivir bajo amenaza no puedo comprender los alcances que tuvo tu relación con un mafioso.

Por ejemplo: ¿por qué compartiste información de inteligencia con él? ¿Por qué señalaste a “Aparicio y Pozo” como autores de una campaña, exponiéndolos? ¿Por qué le hiciste recomendaciones sobre temas judiciales? Debiste darle explicaciones no solo a tu audiencia sino a las personas mencionadas y sus familias. Quizá también a los periodistas que Norero planificaba asesinar mientras conversaba contigo.

Si eso fue una estrategia para ganarte la confianza de tu fuente, me pregunto si con todas tus fuentes en la mafia habrás tenido intercambios similares. Ahí es donde me explota la cabeza. ¿Te manejabas con un estilo similar, compartiendo información o dándoles consejos a otros mafiosos?

Esta no es una discrepancia de formas. Tampoco sobre si hubo o no delito. Ayer en Teleamazonas -medio al cual has descalificado muchas veces- dijiste que sentiste asco al leer cómo Norero planificaba matar a Sara Ortiz, periodista de este diario. El tema es que mientras hablabas con él, tú sabías que Norero era un sanguinario, no es que te enteraste con la publicación de los chats.

Has combatido o expuesto a funcionarios y personajes públicos de forma implacable. Tan implacable, que tu equipo y tú se jactan de las caídas de funcionarios, políticos y hasta de un gobierno. Mientras fuiste implacable con ellos, fuiste un amigo para ‘el Patrón’, cuyo rol en la tragedia que vivimos como sociedad es claro y directo. Hermano, eso indigna y duele.

Finalmente, has sugerido una discusión nacional sobre cómo manejar fuentes criminales. Acá mi aporte: un pedazo de información no vale una amistad con un mafioso.