“Ni un paso atrás”

Rechazamos con toda energía las actitudes desestabilizadoras y desembozadamente evidentes de acabar con el orden constituido a título, o con el pretexto, de que hay una ‘conmoción social’ en el país
Esta frase lanzada por Sixto Durán-Ballén cuando era presidente del Ecuador, con ocasión del conflicto fronterizo con Perú en la cuenca del río Cenepa en 1995, sirvió para que todos los ecuatorianos entendiéramos, como entendimos, que solamente enfrentando al enemigo con decisión, con valor, con fe en la causa que se defiende, es como debe actuarse en los campos de batalla.
Ahora, en estos precisos momentos estamos en guerra con el crimen organizado, con el narcotráfico, con la corrupción, por lo que no es una guerra contra el gobierno ni contra funcionario alguno, sino que se trata de una guerra declarada contra el Estado ecuatoriano. Por lo que así como en el año 1995 resolvimos ‘no dar ni un paso atrás’ hasta que se logró la victoria, debemos actuar en estos momentos tan trágicos que nos ha tocado vivir. Es la hora de la unidad nacional. La hora de deponer momentáneamente ambiciones personalistas o de movimientos políticos insignificantes para expresar solidaridad hacia nuestras Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, que valientemente, pero con apego a la aplicación de leyes vigentes, repelen los ataques de las mafias, por lo que una vez más se han hecho acreedoras al respeto de todos los ecuatorianos.
Esta es la razón por la cual rechazamos con toda energía las actitudes desestabilizadoras y desembozadamente evidentes de acabar con el orden constituido a título, o con el pretexto, de que hay una ‘conmoción social’ en el país. Felizmente, por tercera o cuarta vez les fracasan a los enemigos de la democracia estos ‘movimientos de alta política’. Y por el contrario, con las medidas adoptadas conjuntamente por las Fuerzas Armadas y por la Policía Nacional se ha logrado confianza en la ciudadanía, que sabe perfectamente que esta es una guerra no de ocho días, sino de un tiempo muy largo.
No hay que tratar de ocultar con un dedo el sol. Es indudable que los graves incidentes promovidos en las cárceles y en las calles fueron sincronizados y ejecutados contra miembros de la Policía, en momentos en que se le hacía conocer al país la situación jurídico-penal de un exfuncionario vinculado con delitos de lavado de activos y sobornos a funcionarios de Petroecuador en sumas millonarias, quien había expresado su intención de ‘cantar’ todo lo que sabe con nombres y apellidos a cambio de que se le rebaje la pena que le debe ser impuesta por haber cometido esos delitos en Estados Unidos. Allí fue que se alborotó el cotarro. Poco a poco se va conociendo quiénes fueron los artífices de nuestra descomposición económica y ética. La justicia tarda, pero llega.