Columnas

¿Qué pasa en América Latina?

"Un país, para desarrollarse armónicamente requiere de una alternabilidad política" 

Es alarmante la situación que confrontan algunos países latinoamericanos en donde la democracia es pisoteada por quienes se consideran eternos dueños del poder. Un país para desarrollarse armónicamente requiere de una alternabilidad política permanente. Mas en Nicaragua, por ejemplo, el dictador Daniel Ortega, que en su juventud luchó en contra de la dinastía Somoza en ese país, con el paso de los años cambió su actitud y ha formado junto con su esposa Rosa Murillo, quien es definitivamente la que gobierna ese país, una dinastía peor que la de los Somoza. Actualmente Nicaragua se prepara para elecciones presidenciales y Ortega ha apresado, sin ninguna fórmula de juicio, a todos los candidatos a la presidencia de la República de la oposición, dejando libre el campo para que otra vez él triunfe en elecciones amañadas e impopulares. En Venezuela, gobernada por el dictador Nicolás Maduro, sucede algo parecido. Creyéndose el sucesor eterno de Hugo Chávez, ha sido reelegido fraudulentamente por varias ocasiones ante el asombro de la comunidad mundial, que además de asombrarse, nada positivo hace para terminar con estos regímenes dictatoriales e impopulares. Venezuela tiene regados por el mundo millones de ciudadanos de ese país que huyen de la opresión, en busca de nuevos horizontes, sin que los organismos internacionales hagan algo por terminar con esta vergüenza. Insistimos en un hecho muy grave: en América Latina existen organizaciones que tienen por objeto la defensa de los derechos humanos y la lucha permanente contra la dictadura y la opresión. Pero ninguna de estas instituciones reconocidas por el derecho internacional hasta este instante ha podido detener el vandalaje de estos seudosrevoluciones, que de la forma más desvergonzada le roban a sus pueblos sus recursos naturales y los sumen en una total pobreza. Existe una actitud inhumana antidemocrática y contraria a elementales principios de defensa de los derechos humanos. Ecuador, por ventura es un país que acaba de dar un ejemplo democrático ante el mundo y así lo reconocen todos los países que aman la libertad, el derecho y la justicia. Es un modelo que quieren seguir todos los países que consideran que la democracia es el único camino para llegar al éxito.