Cuando el coronavirus haya pasado

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'Es indudable que el coronavirus será derrotado. Al igual que ayer lo fueron el ébola, el VIH, la fiebre amarilla , el sarampión y otras plagas devastadoras’.

Coronavirus es una pandemia que ha colocado al mundo en una situación tanto o más grave que una guerra de las que hemos sido testigos, en unos casos, y conocedores por la historia, en muchos otros.

En una guerra “ tradicional” se conoce al enemigo. Se lo ubica. Se lo ataca al saber cuáles son sus fuerzas y sus debilidades. Mas, el coronavirus es un enemigo invisible, regado por los puntos cardinales del planeta, sembrando desolación, angustia y muerte, y sin que se conozca todavía la vacuna o el antídoto que lo elimine. Pero es indudable que será derrotado. Al igual que ayer lo fueron el ébola, el VIH, la fiebre amarilla, el sarampión y otras plagas devastadoras.

Los seres humanos, inteligentes como somos, estamos sacando lecciones de esta crisis sanitaria que nos agobia. Nos hemos dado cuenta de que el aislamiento en el que vivimos como consecuencia del uso exagerado de las redes sociales, de los tuits, del WhatsApp, del Facebook, entre otras “ novelerías “ de la tecnología moderna, nos está conduciendo a un alejamiento de nuestros seres queridos.

Estamos más conectados, pero cada día con menos comunicación entre nosotros. No hay las sobremesas familiares de antaño. Los padres ya no responden a las preguntas e inquietudes de sus hijos como lo hacían ayer nomás. Ahora le dicen a sus hijos: “pregúntale a Google”. Paradojas de la vida: el coronavirus ha dispuesto “quédate en casa”, como una medida necesaria para evitar más contagios. Y al quedarnos en casa nos damos cuenta de lo valiosa que es la familia.

El coronavirus ha hecho ver lo importantes que son los “viejos”, los “vulnerables”.

Cuando se termine esta pandemia encontraremos un medio ambiente menos enrarecido por la contaminación. Y con toda seguridad una humanidad más abierta a comprender que la solidaridad, la disciplina, el “amaos los unos a los otros” es la base para su desarrollo y su progreso, y que el dinero para nada sirve porque el coronavirus manda, como en el juego de ajedrez, ¡al mismo cajón al rey y al peón…!