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El cómo es lo que queremos saber

Avatar del Byron López

"Con la “lengua” viperina que se manejan arreglan todo o hablan adefesio y medio, que ni ellos creen. Por eso es que quienes se llaman a sí mismos “políticos”, de tales nada tienen y menos, por lo tanto, de estadistas"

Las elecciones para la designación de primeros mandatarios y de asambleístas están “ a la vuelta de la esquina”. Y no nos equivocamos al afirmar que hay un gran desconcierto en la ciudadanía por diversos motivos: la desconfianza que hay para con el CNE y el TCE, que con sus actuaciones dubitativas ponen en evidencia que la mayoría de sus integrantes no actúan con apego a la ley , y lo hacen al” vaivén de las olas”; y por otra parte , la cantidad exorbitante de candidatos y la proliferación de partidos, que de tales nada tienen, y de movimientos que solamente sirven para “alquilar “ sus maltrechos nombres a los candidatos oportunistas que no tienen ni Dios ni ley.

Lo más grave de todo este lamentable panorama es que los candidatos no ofrecen cómo es que van a hacer para solucionar los problemas acuciantes que pesan sobre nuestro país. Con la “lengua” viperina que se manejan arreglan todo o hablan adefesio y medio que ni ellos creen. Por eso es que quienes se llaman a sí mismos “políticos”, de tales nada tienen y menos, por lo tanto, de estadistas. “Un estadista debe tener coherencia en sus acciones y visión en sus decisiones”.

Es un imperativo categórico terminar con el pasado oprobioso y con las malas prácticas políticas y económicas. Por esta razón el pueblo ecuatoriano exige a cada uno de los 16 “salvadores” le digan concretamente cómo van a solucionar los problemas vinculados con la economía, el trabajo, la protección a la dolarización, la producción, la salud, la educación, la seguridad y la lucha contra la corrupción, en lugar de hablar “babosadas”, como la de cambiar el nombre de la República del Ecuador o que por defender la soberanía hay que ir hacia la desdolarización, entre otras ridiculeces que las dicen con un desplante digno de mejor suerte.

Estas reflexiones responden al criterio que dice que la democracia no es el silencio, es la claridad con la que se examinan los problemas y la existencia de medios eficaces para resolverlos. ¿Lo entenderán los candidatos...?