Columnas

PSC y CREO

El PSC y el movimiento CREO acaban de firmar un compromiso que es histórico porque al hacerlo ponen por delante la bandera tricolor antes que intereses personales o de partidos.

El Ecuador viene exigiendo a los dirigentes políticos que en vista de la crisis fiscal, sanitaria, ética , social, de inseguridad jurídica por la que atraviesa el país, busquen caminos coherentes para lograr unidad alrededor no de personas, sino de propuestas, de planteamientos , de planes de gobierno, para encontrar una salida que permita trabajar por un Ecuador con un futuro promisorio . Esta justa aspiración del pueblo encontró eco en dos sectores políticos con gran afinidad. El PSC y el movimiento CREO acaban de firmar un compromiso que es histórico porque al hacerlo ponen por delante la bandera tricolor antes que intereses personales o de partidos.

El PSC retira la precandidatura de Cristina Reyes a la presidencia en un gesto muy pocas veces visto en nuestra política criolla, para apoyar a los candidatos a la presidencia y vicepresidencia de CREO, y los dos lanzarán sus propios candidatos a la Asamblea Nacional, lo que es correcto porque cada uno de ellos tiene su organización estructurada a escala nacional.

Contraen el compromiso ante el país para estar juntos en las resoluciones del cambio de estructuras que demanda el Ecuador por parte de la función legislativa, y de esta manera acabar con las famosas “ mayorías móviles “ que tanto daño han causado a la democracia.

El PSC y CREO deben buscar nuevos aliados que se unan mediante acuerdos formales, que sin desmerecer la vigencia de sus principios evidencien su afán de coadyuvar a sacar al país de la postración en la que se encuentra. Tales sectores podrían ser los liderados por Lucio Gutiérrez, Álvaro Noboa y todos los que comparten el pensamiento del escritor francés Friedrich von Schiller que dijo: “ Tan poco Estado como sea posible y tanto como sea necesario”. De igual manera, todos los que consideren que la lucha contra la corrupción debe ser frontal para recuperar los millones de dólares que fueron robados por el correísmo, pues no es suficiente que se vayan a la cárcel, sino que devuelvan lo robado.