Las presentaciones de los candidatos a la presidencia de la República en lo que se llamó debates, sea dicho con apego a la realidad que de debates nada tuvieron porque no hubo confrontación de ideas o de propuestas, ni discusión elevada y culta entre los participantes para ratificar o para rectificar sus expresiones, razón por la cual el público vidente de este espectáculo no pudo formarse opinión cabal sobre qué es lo que habían dicho los “salvadores “ del pueblo ecuatoriano.

Muchas de las promesas de los aspirantes a Carondelet fueron tan inverosímiles, para emplear un calificativo suave, que causaron estupor y risa entre los espectadores.

Como se dice que debe haber un debate entre los dos candidatos que llegaren a la segunda vuelta electoral, se hace indispensable que el CNE actúe con mayor seriedad, que encargue la estructuración de ese evento a instituciones serias, para que elaboren el procedimiento a seguirse, para que haya un moderador que entienda la trascendencia de este acto y no se dedique solo a leer las preguntas que le entreguen dentro de una elegante copa para un sorteo. Solamente así puede haber un verdadero debate que revele la capacidad de los candidatos para saber por quién se debe votar …

Pero lo que nadie se esperaba es que el candidato Giovanny Andrade declare públicamente que fue “escopolaminado”. Que deben haberle puesto posiblemente escopolamina en una taza de café que un salonero que atendía a los participantes le exigía que tome y que tome…. Y que por eso fue que habló disparates. Dice, además, que perdió el contexto de lo que decía.

Esto no debe quedar en la “penumbra vaga” por la seriedad de los organizadores del “debate” y porque una afirmación de esta naturaleza puede servir en el futuro como gran pretexto para que los “salvadores” que llegaren a decir barbaridades, digan que fue un salonero el que los drogó...

Exigimos que esta aseveración que por primera vez se oye en la política del Ecuador se aclare en debida forma por respeto a todos.