El cascabel al gato

...y una administración que no es capaz de lograr un crecimiento sostenido es sustituida sin miramientos
No se eliminará la bomba de tiempo del sistema de pensiones mientras no se elimine de raíz la principal causa del problema: la administración pública y monopólica de los aportes.
Veamos lo sucedido con la producción petrolera total, el sector estratégico más gravitante en los ingresos fiscales. En el 2002 el Ecuador producía 334.000 bpd, cifra que creció a 515.000 bpd en 2006 (un crecimiento de 55 % en apenas tres años), con el incremento de la capacidad de transporte. A partir de Montecristi, cuando la patria digna y soberana tomó a su cargo la gestión de todos los campos petroleros desplazando la iniciativa privada a mero prestador de servicios, el crecimiento se estancó. En medio de los mejores años de precios del crudo, ¡increíble!, 2018 cerró con igual producción al 2006. Y ya con la factura del despilfarro y la deuda de la fiesta del borrego, cerramos 2022 con 471.000 bpd. Y no hay espacio para pasar revista al desastre de las hidroeléctricas estatales o a sus refinerías tan caras como inexistentes. Esto ilustra la gestión empresarial pública.
En la empresa privada sujeta a competencia importan los resultados, y una administración que no es capaz de lograr un crecimiento sostenido es sustituida sin miramientos. En el sector público importan los intereses políticos y la propaganda, y personajes caros para gestionar un chiringuito rotan en los cargos directivos de las empresas públicas o se postulan de candidatos a las más altas responsabilidades con grillete incluido. O glosas de Contraloría. O cualquier otra bandera roja en sus credenciales que les impediría, en un proceso privado de reclutamiento, llegar a la primera entrevista. Todo esto sin contar con que el Ejecutivo -salvo las excepciones de rigor- históricamente le ha medito mano a las arcas del IESS, contra todos los candados de la Constitución y las leyes.
Es inaceptable, a pretexto de solidaridad, que sea obligatorio aportar a un sistema quebrado por diseño. Mientras no sea facultativo aportar y se pueda elegir la entidad privada que administre los recursos en un contexto de competencia, cualquier otra reforma será tan útil como unas compresas de hielo para tratar un tumor maligno que precisa extirpación inmediata. Hay que ponerle el cascabel a un gato que se nutre de un pingüe 21,5 % del salario de cada empleado, cifra harto más alta que la tasa efectiva promedio de impuesto a la renta personal.