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Arturo Moscoso: Cuánta doble moral, compañeritos

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...en el gobierno de Rafael Correa entregaron los campos Auca y Shushufindi a una empresa extranjera...

El correísmo, como siempre, anda con la brújula moral deteriorada. Ahora resulta que la concesión del campo Sacha es un atentado contra la patria, una entrega vergonzosa del oro negro a los extranjeros, una traición a la soberanía del Estado y todo ese bla, bla, bla que los caracteriza. Lo dicen con tal desparpajo que uno pensaría que jamás han hecho algo parecido. Pero, ¡oh sorpresa!, en el gobierno de Rafael Correa entregaron los campos Auca y Shushufindi a una empresa extranjera con un préstamo al módico 19,95 % de interés. Sí, porque el socialismo del siglo XXI era generoso con las empresas privadas cuando convenía.

Sacha es el campo petrolero más productivo del país y posee reservas que podrían seguir engrosando las arcas estatales por décadas. Con esta concesión, el Estado percibirá unos ingresos brutos por USD 1.928 millones anuales y una renta o utilidad de USD 1.700 millones. Además, el consorcio adjudicatario deberá entregar un anticipo de USD 1.500 millones. La ecuación parece favorable: inversión sin que el Estado gaste un centavo, aumento de barriles y más dinero para un país que vive al día.

¿Es una panacea? No. Con los chinos hay que estar siempre con lupa en mano, porque su historial de ‘ayuda’ a países en desarrollo está lleno de trampas y cláusulas que terminan entregando más de lo debido. Hay que fiscalizar, exigir transparencia y asegurar que el pastel no se lo coman los de siempre. Pero el escándalo montado por el correísmo no es por preocupación genuina, sino por mera estrategia electoral.

Solo recordemos cuando durante el correísmo se implementaron las famosas preventas petroleras, comprometiendo la venta futura de petróleo a cambio de anticipos financieros. Estas operaciones, lejos de ser transparentes, habrían causado un perjuicio de cerca de $5.000 millones al país, según informes de fiscalización. Además, el crudo ecuatoriano, en lugar de llegar a las refinerías chinas, fue revendido a otros países, generando pérdidas adicionales.

Así que antes de salir a llorar por Sacha, más les valdría hacer memoria. “Cuánta doble moral, compañeritos”.