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Revalorizar prioridades

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El Ministerio debe volver su mirada a la generación y creación de centros de tecnología

Ante la ausencia entre nosotros de títulos nobiliarios y ante el descoloramiento de apellidos prestantes, se volvió razón de estatus y único destino posible para ser reconocido el alcanzar un título universitario.

Aupado en un discurso de meritocracia y exacerbado por la necesidad de destacar, el ecuatoriano común puso como única meta para el bachiller: alcanzar el título doctoral, olvidando o desdeñando aquello de que la academia no es para todos, pues las carreras teórico-científicas no necesariamente llenan y satisfacen realizaciones.

La meta del título de doctor, en lo que fuere, obnubiló a casi todos los adolescentes y les forzó a presionar acceso, en ocasiones hasta sin merecerlo, a la universidad.

Acaso por desconocer que en el primer mundo otras tecnologías son igualmente respetadas y permiten ingresos económicos aún superiores a los de muchos profesionales se despreció el perfil tecnológico.

Sin duda, un buen electricista o un buen experto en gasfitería, por solo nombrar dos áreas de la cotidianidad, en otras latitudes resulta ser tan necesario, respetado y bien pagado, siendo que, para ejercer lo que ejerce, no necesita un título de universidad sino un aprendizaje serio, profesional y formativo en tecnologías.

Y caímos en la trampa, se descuidaron los colegios técnicos y los institutos tecnológicos porque la universidad era el único camino, y nos hemos perdido entre nosotros de la construcción de carreras intermedias que complementen o se sumen a las académicas, para hacer cada vez más fácil la vida en comunidad.

El Ministerio debe volver su mirada a la generación y creación de centros de tecnología porque es ahí donde se forman seres humanos que, realizándose, porque su estructura mental y pedagógica es más del hacer que del teorizar, se sientan no solo útiles sino valiosos de aportar con sus logros a la comunidad.

Necesitamos a gritos colegios técnicos e institutos tecnológicos, máximo en un tiempo en que la electricidad, la electrónica, la informática, la robótica, van a necesitar la inteligencia y manos diestras en determinados haceres.